Francisco Rojas Ochoa
EDITORIAL
Francisco
Rojas Ochoa
Profesor
e investigador de Mérito. Escuela Nacional de Salud Pública, Calle
100 # 10132 e/ Perla y E, Altahabana, Boyeros. La Habana, Cuba, 10800. rojaso@infomed.sld.cu
Está
resultando una constante debatir en torno a las ideas que reclaman considera
los sistemas de salud como sistemas sociales y culturales.
En
la larga historia humana sobre el proceso salud, enfermedad, atención
(PSEA) se ha discutido siempre sobre los determinantes de ese proceso
De
un lado el pensamiento biologicista que privilegia el estudio del cuerpo humano
en su estructura y funcionamiento, del medio físico que rodea a los sujetos
humanos y el uso de los productos de la industria farmacéutica, equipos
para diagnóstico y tratamiento y otros insumos curativos. Este pensamiento
biologicista centra su atención en la enfermedad y como curarla.
Es
parte de la fundamentación del Modelo Médico Hegemónico
(MMH), en que destacan entre sus características el individualismo, la
eficacia pragmática, la prioridad curativa, la subordinación del
paciente en su relación con el profesional, tendencia a la medicalización
de los problemas, entre otras.1
De
otro lado se argumenta que la salud humana necesita que la sociedad preste atención
priorizada a prevenir la enfermedad y promover la salud. Se reclama desde esta
posición que los sistemas de salud sean sistemas sociales y culturales,
donde el pensamiento, las ideas, los sentimientos y la cultura del que solicita
ayuda del sistema salud, en especial de los profesionales y técnicos,
sea valorada y tenida en cuenta en la relación "médico-paciente",
y en los procederes diagnóstico y terapéutico que se emplean.
Estas
ideas en torno a lo sociocultural en salud se recogen en el concepto de enfoque
de salud de la población, que aspira a llegar y actuar sobre toda la
población a la vez. Este enfoque fundamenta una estrategia abarcadora
de un amplio rango de determinantes de la salud: 1. Ingreso y posición
social, 2. Educación, 3. Entorno físico, 4 Empleo y condiciones
de trabajo, 5. Características biológicas y condición genética,
6. Desarrollo del niño sano, 7. Seguridad nacional, 8. Seguridad pública,
9. Seguridad social, 10. Redes de apoyo social, 11. Práctica masiva de
deportes, 12. Servicios de salud.
No
se incluyen en la enumeración componentes importantes por estar implícitos
en la enumeración, como es la higiene comunal con su trascendental espacio
para agua potable y saneamiento básico, o entidades de las redes de apoyo
social como Alcohólicos Anónimos, Asociación Nacional del
Ciego o numerosas en el espacio de la sociedad civil.
Lo anterior revela
la necesidad del enfoque interdisciplinario e intersectorial. Entre las múltiples
disciplinas necesarias a aplicar en la búsqueda de la solución
a los problemas de la salud humana destacan la sociología, la antropología
(social), la psicología, la historia (en particular de la medicina
y la salud pública), la economía, el derecho, la demografía
y otras. Vale parafrasear aquí la célebre sentencia de un acreditado
autor militar alemán y decir sobre salud que "la salud humana
es un asunto tan importante, que no puede dejarse en manos solo de los médicos",
(Alusión al General von Klausevich que advirtió: "la guerra
es un asunto tan importante que no puede dejarse en manos solo de los militares").
Además
se impone el trabajo de múltiples sectores de la economía, sobre
todo en promoción de salud y prevención de enfermedades: educación,
agricultura, artes, deportes, transporte, ciencias, y otras.
"En
ningún sitio se encuentra la enfermedad humana como la mera naturaleza",
ya que siempre está condicionada y modificada por la actividad social
y por el ambiente cultural que crea tal actividad.2
Lo
dicho en párrafos precedentes no es nuevo. En el siglo XVIII con Bernardino
Ramazzini surgió la medicina ocupacional de fuerte orientación
preventiva de base social y Johan Peter Frank pronunció un discurso "sobre
la miseria del pueblo como madre de las enfermedades". En el siglo XIX
Salomón Newmann escribió "ciencia médica, en su núcleo
más interno y esencial es una ciencia social". Y Rudolf Virchow
declaró lo que ha sido citado en incontables ocasiones "La medicina
es una ciencia social y la política no es más que medicina en
grande". Por esto considero que el jefe de partido y Estado que mejor y
con mayores resultados ha demostrado esto fue Fidel Castro Ruz.
Una
última cita para dar fin a esta síntesis de una larga historia:
"Mil
ochocientos cuarenta y ocho (1848) es el año del nacimiento del concepto
de medicina social. Es también el año de los grandes movimientos
revolucionarios en Europa. Al igual que las revoluciones, el concepto de medicina
social surge casi simultáneamente en varios países europeos. Solomón
Neumann y Rudolf Virchow hablan de medicina social en Alemania; Jules Guérin
en Francia; William Farr en Inglaterra; Francisco Pucionotti en Italia. Es también
el año de los poetas políticos: Henrich Heine y Lamartine. ¿Qué
relación existe entre todos estos acontecimientos? Una simple coincidencia
o algo más profundo que liga hechos tan dispersos en un todo estructurado".3
Ahora
150 años después en el Siglo XXI, estas ideas, con amplio respaldo
en los conocimientos científicos producidos en este tiempo, tanto en
ciencias de la salud como en las sociales, llevan de hecho, a la confirmación
de las líneas previas de este texto.
En
nuestro tiempo ya conocemos y se anuncian resultados científicos de gran
alcance, realmente impresionantes, descubrimientos y técnicas que permiten
dominar enfermedades. Este es el primer tropiezo. Se trabaja más con
la enfermedad que con la salud. Se busca en la inmunología, la biología
molecular, la electrónica, la genética, la nanotecnología
y otras ciencias el producto (no se ha abandonado la idea de la bala mágica
contra una célula oncogénica o una bacteria), que cure o prevenga
una entidad específica. Los conceptos ya bien establecidos de promoción
y prevención están en segundo plano. La razón principal
que se conoce para esto es económica.
La
industria debe producir medicamentos, reactivos y equipos para atender enfermos
y ganar dinero.
Las
nuevas técnicas y procederes tienen un gran valor en la medicina curativa.
Son una conquista muy apreciada para el manejo de enfermos. Ese camino no debe
abandonarse, pero hay que ensanchar y llegar más lejos en el camino de
la promoción y prevención, para lo que es necesario establecer
una adecuada política.
Enfoques
erróneos en la educación médica, influencia de la industria
farmacéutica, y equipos médicos, la gran alabanza de técnicas
y equipos hasta deslumbrar que producen los medios masivos de comunicación,
relegan a un segundo plano la más poderosa técnica para cuidar
la salud humana: la clínica, el método clínico, de cuya
práctica empírica primitiva surgieron con decursar de milenios
las ciencias de la salud y sus profesionales.
Recuérdese
el valor muy alto que reconocía Ernesto Che Guevara a la presencia de
un médico al lado del guerrillero moribundo, que solo podía ofrecer
solidaridad. Esto es también parte del método clínico.
Puede
concluirse que se necesita un enorme trabajo de educación, investigación
y organización para alcanzar a desarrollar los conceptos de la medicina
social mencionados. Se aprecian como tareas primeras y prioritarias: a) lograr
la comprensión de la población sobre los determinantes del proceso
salud, enfermedad, atención (PSEA), b) lograr esta comprensión
de los trabajadores de la salud, en especial profesionales y técnicos,
c) alcanzar la amplia difusión de estas ideas y su comprensión
en otros sectores, en especial entre los decisores, así como en las instituciones
de la sociedad civil (organismos de masa y sociales).
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
1.
Menéndez EL. Modelos de atención de los padecimientos de exclusiones
teóricas y articulaciones prácticas. Spinelli H. Salud Colectiva.
Cultura, instituciones y subjetividad. Buenos Aires: Editorial; 2008. pp.11-47.
2.
Rosen G. Análisis histórico del concepto de medicina social. Lesky
E. Medicina Social. Estudios y testimonios históricos. Madrid: Ministerio
de Sanidad y Consumo; 1984: p.211.
3.
García JC. Ciencias Sociales y salud en la América Latina: tendencias
y perspectivas. Montevideo: Everardo Duarte Núñez; 1986. p.22.
Recibido:
29/10/2017
Aprobado: 19/11/2017
Francisco
Rojas Ochoa. Profesor e investigador de Mérito. Escuela Nacional
de Salud Pública, Calle 100 # 10132 e/ Perla y E, Altahabana, Boyeros.
La Habana, Cuba, 10800. rojaso@infomed.sld.cu