Doctor
Pedro Monreal Valdivieso. Pionero de la Ortopedia en Camagüey
Doctor Pedro MonrealValdivieso. Pioneer of Orthopedics in Camagüey
Erick Héctor
Hernández González1
Gretel Mosquera Betancourt1*
1 Hospital Universitario Manuel Ascunce Domenech. Camagüey. Cuba.
* Autor para la correspondencia: erickhg76@gmail.com
Recibido: 7/11/2018
Aprobado: 12/3/2019
El doctor
Pedro Manuel Ricardo Monreal Valdivieso (Fig.
1), nació el 23 de octubre de 1902 en la ciudad de Puerto Príncipe,
actual Camagüey. Su Padre Narciso Monreal fue superintendente provincial
de escuelas en Camagüey y su madre Concepción Valdivieso, también
era maestra. Pedro fue el único varón de una familia de seis hermanos.
Sus hermanas, Silvia, Amada, Margarita, Evangelina y Victoria, fundaron junto
a su padre el colegio San Agustín al lado de su casa en la calle Avellaneda
número 3. Allí también cursó sus primeros años
Perico, como también se le conocía.(1,2)
Figura 1- Pedro Monreal Valdivieso (1902-1940).
Fuente: archivo personal del autor.
De familia
devota católica, fue bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora
de la Soledad el día 9 de noviembre de ese mismo año, certificado
que consta en los registros de la iglesia (Fig.
2).(3)
Figura
2- Certificado de bautismo de Pedro Manuel Ricardo Monreal Valdivieso.
Fuente: archivo de Bautismo Iglesia Nuestra Señora de la Soledad. Camagüey.
Desde muy
niño dio muestras de una inteligencia superior. Se graduó de Bachiller
en 1919 el mismo día que Nicolás Guillén. Uno de los jóvenes
mejor dotados de su generación camagüeyana, a quien aplastó
sin duda la vida de la vieja ciudad y de la falsa república, estrecha
y sin salida.(1)
Comienza
sus estudios de Medicina en la Universidad de La Habana en 1919 y se gradúa
en 1925. Durante sus años de estudiante universitario, no fue nunca un
alumno más, se distinguía en todo. Fue alumno preferido del primer
cirujano de su tiempo el Dr. Ricardo Núñez Portuondo, quien lo
distinguía y quería como a un hijo. Existe un libro de Cirugía
del Dr. Núñez donde todas las ilustraciones de la técnica
quirúrgica están dibujadas por Monreal, láminas extraordinarias
que nada tienen que envidiar a los textos anatómicos más importantes.
Fue también
anestesista de primer orden y uno de los pioneros de esa especialidad en Cuba.
El tradicional anestesista del Dr. Núñez, después que Monreal
vino para Camagüey, fue el Dr. Francisco Monteavaro quien refirió
en varias ocasiones su agradecimiento por la ayuda que le debía a Monreal
sobre la anestesia que en aquella época era ejercida de modo rutinario
con el éter, es el doctor Monreal quien abre la etapa gloriosa de una
Anestesia especializada y correcta.(1-4)
También
era laboratorista, en especial experto en hematología, y se le veía
en las mañanas en el laboratorio del Dr. Felín Sánchez
en General Gómez y Cisneros, a través de una ventana de cristal,
inclinado frente al microscopio que estaba en ese lugar para aprovechar la luz
natural. Había aprendido con el Dr. Pedro Castillo al regreso de este
de Alemania donde recibió cursos de perfeccionamiento médico con
los mejores hematólogos alemanes. Nadie en el Camagüey de los años
treinta sabía más que él de enfermedades de la sangre y
era consultado cada día por los que al laboratorio clínico se
dedicaban.(1)
Como clínico
fue también singular, de diagnóstico acertado, con una sagacidad
nada común, metódico, llevaba paso a paso el razonamiento en sus
diferentes etapas hasta el final. Para ello se valía de un interrogatorio
exhaustivo con una forma harto inteligente de preguntar. Las preguntas a veces
sorprendían al más ducho porque parecían no tener nada
que ver con el problema y de allí surgía el hilo que llevaba de
mano maestra a la solución.
Un paso grande
de avance lo constituyó la Colapsoterapia, el neumotórax terapéutico
progresivo que colapsaba el pulmón afecto y facilitaba la cicatrización
de las lesiones y muy útil en las cavitaciones. Monreal fue el primero,
el pionero de esta técnica en Camagüey. El mismo proporcionó
el equipo, lo llevó al hospital y comenzó a seleccionar los casos
tributarios de esta técnica. El seguimiento era algo complicado, pues
en casi todos los casos requerías meses de vigilancia y asistencia por
lo menos semanal. Ningún paciente quedó a medias por su ausencia,
no se sabía de dónde sacaba el tiempo, pero el día que
tocaba reponer aire en la cavidad pleural, más temprano o más
tarde aparecía y actuaba.
Su regreso
a Camagüey se sitúa alrededor de 1927 y comienza a trabajar en el
Hospital Civil, hoy Hogar de Ancianos y luego en la clínica privada Agramonte,
hoy Hospital Militar Octavio de la Concepción y la Pedraja, también
trabajó en el Hospital de Emergencias, hoy Clínica de Pino III.
El primero
de marzo de 1928 contrae matrimonio con Juana Inés Acosta Martínez
en la parroquia de Nuevitas.(3) El 27 de febrero de 1929 nace Pedro
Monreal Acosta, único hijo y otrora magnífico ortopédico,
Doctor en Ciencias Médicas, Profesor Titular y Especialista de Segundo
Grado en Ortopedia y Traumatología, fue militar y se retiró con
el grado de Coronel.(5) Pero el legado del genio no queda ahí,
Pedro Monreal junior tuvo tres hijos, Pedro Monreal González, doctor
en Ciencias Económicas, Ricardo Jesús Monreal González,
ortopédico también, Doctor en Ciencias Médicas, Especialista
de Segundo grado en Ortopedia y Traumatología y profesor Titular que
en la actualidad reside en México y por último, Lorenzo Monreal
González, bailarín del Ballet Nacional de Cuba que en la actualidad
reside en España, casado con una hija de Alicia Alonso con quien tuvo
un hijo.
Monreal que
había sido alumno y ayudante de Inclán, el mejor ortopédico
de su época en Cuba a su paso por la universidad, fue el pionero también
de esa especialidad en nuestro medio y su éxito fue inmediato. La mayoría
de los médicos retenían para sí, por imperativos económicos,
las fracturas de mejor pronóstico y fácil curación, pero
le remitían todo lo conflictivo y difícil que él aceptaba
sin quejarse. Esta política hubiera hecho desaparecer al especialista
de Ortopedia en poco tiempo, pero a la vez en manos tan capaces se convirtió
en un boomerang que lo encumbró de forma rápida. Pedro obtuvo
el control absoluto de las afecciones osteoarticulares, nadie puede discutirle
la paternidad de esta especialidad en Camagüey, que además era ejercida
con tal maestría que hizo innecesario el éxodo hacia La Habana
de los poderosos y su fama se extendió a las provincias vecinas. Todo
el tiempo era poco para tanto trabajo.(1-4)
Formó
nuevos ortopédicos de sus ayudantes, se nombran por ejemplo: Alfredo
Rodríguez Castillo, Luis Saiz Navarro, Ramón Moncada Rodríguez
y Ulises Sosa de Quesada.(1-4)
Tiene en
su haber la primera publicación de ortopedia en el boletín de
Colegio Médico de Camagüey con la presentación de tres casos
con alteraciones osteocondrales.(6)
Parafraseando
a José de Latamendi(7) de que quien solo de medicina sabe, ni de medina
sabe, este gran ortopédico era brillante como literato, se cuenta que
cuando operaba era capaz de recitar la poesía de Lope de Vega, Caderón
de la Barca, Quevedo, Antonio Machado y Federico García Lorca. También
lo hacía con la poesía de su compañero y amigo Nicolás
Guillén.
Tenía
vastos conocimientos de astronomía, según Pedroso Rodríguez
H.(1) una noche en la que estaba de guardia, llegó Monreal al Hospital
Civil a pasar la noche para que en la casa no vieran el estado en el que estaba
luego de una farra e invitó a Hugo al patio del hospital y le dio una
disertación magnífica de los astros, las diferentes constelaciones,
la Osa mayor y menor, esta clase concluyó a las tres de la madrugada.
Era una de las ciencias que más le atraía y tenía en su
casa su propio telescopio y en las noches se dedicaba a observar en firmamento
y de ahí su gran conocimiento.
También
poseía conocimientos en biología, se cuenta que en una exposición
de mariposas que presentaban el nombre científico, Monreal con una modestia
extraordinaria, reconoció que el nombre de una de ellas estaba incorrecto;
luego que se terminó la exposición, llamó a la responsable
de la misma y le pidió de favor que revisara pues el nombre de esa mariposa
creía que no era correcto. La señorita buscó en un libro
y reconoció el error que había cometido y le dio las gracias a
Monreal por la observación.
Un poeta
camagüeyano, Gaspar Betancourt Valdés, nieto del Lugareño,
conoció a Monreal en unas vacaciones en La Habana y como ambos eran semejantes
en su vida bohemia se hicieron amigos, poco tiempo después le hizo un
soneto que dice así:
Este gran
Don Perico cordial y solitario
el de la mosca breve y los ojos saltones
catador sempiterno de Coñac y de rones
es un Sabio que ignora, el aliño vestuario.
Con un talento
hermoso y un vivir arbitrario
igual derrocha ingenio, que desprecia dinero
porque sabe su espíritu bien sagaz y sincero
lo fugaz de la gloria en este mundo vario.
Discípulo
eminente de Esculapio y Galeno
modela, como pinta, con singular destreza
y no se cansa nunca de ser con todos bueno.
Adora la
bohemia, pues presiente al final
que es mentira la fama y es verdad la tristeza
tal es en pobres trazos el Alma de Monreal.(1)
Hay una
parte de este soneto que es para destacar: no se cansa de ser con todos bueno,
esta era una faceta importante en la vida de este eminente médico y muchos
son los ejemplos de esta afirmación. Citaremos uno en especial. Se cuenta
que un día luego de la jornada de trabajo, Monreal invita a dos colegas
a almorzar y cuando ya se iban llega un amigo con su hijo enfermo, de inmediato
lo llevó a la mesa de examen y luego del diagnóstico siempre acertado,
le prescribió el tratamiento y el amigo no tenía dinero para comprarlo,
sacó de su bolsillo el dinero que tenía para el almuerzo y se
lo dio para que comprara los medicamentos y para una buena comida que le hacía
falta. Luego se dirigió
al carro que le esperaba y les dijo a sus amigos que se posponía el almuerzo
pues se había quedado sin dinero.
También
era un gran caricaturista. En el Círculo de profesionales de Camagüey
cito en el actual cabaret Colonial en la calle Ignacio Agramonte, se celebraban
actividades por los miembros del mismo. Monreal y un abogado José Coll
Torres se dedicaban a realizar caricaturas de los miembros de esta reunión
y otras personalidades de la vida social para amenizar la misma.(8)
Fue merecedor
de numerosas distinciones y reconocimientos como el que se le realizó
mientras trabajó en el hospital de emergencias, hoy actual clínica
de Pino III y que se reflejó en el boletín del Colegio Médico
de Camagüey.(9) (Fig.
3) Se recoge además el reconocimiento posmortem que se le realizara
en el marco del Congreso Internacional de Ortopedia y Traumatología,
celebrado en la ciudad en Camagüey del 21 al 26 de septiembre de 2015 como
iniciador de la Ortopedia en Camagüey.(10)
Figura 3- Homenaje a los profesionales. Aparece Pedro Monreal Valdivieso (óvalo rojo).
Fuente: boletín
del Colegio Médico de Camagüey.
En la mañana
del lunes 29 de julio de 1940, Camagüey se estremeció con la noticia
de la muerte del más eminente de sus médicos, el más cariñoso
y estudioso. Aunque se dijo que fue un infarto del miocardio, nadie sabe a ciencia
cierta cuál fue la causa de la muerte. Fue una consternación popular,
Felipe Pichardo Moya, un gran abogado y poeta camagüeyano, escribió
ese mismo día: Elegía vulgar a la muerte de Pedro Monreal.(1)
Contaba entonces
con 38 años, de los cuales dedicó solo 15 a su excelsa profesión
que llevó con responsabilidad y gran sapiencia.
En 1941 se
le brindó un homenaje póstumo al cumplir el primer aniversario
de su muerte, por el Colegio Médico de Camagüey, actividad esta
que se reflejó en el Boletín de dicho Colegio. A partir de ese
momento se tomó como acuerdo, realizar cada año un modesto pero
profundo homenaje a ese grande entre los grandes de la medicina camagüeyana
y cubana.(11)
La historia muestra algunos de estos entes privilegiados, elegidos de la gloria. El doctor Pedro Monreal es uno de ellos. Sirva este trabajo para reivindicar la vida y obra del pionero de la ortopedia en Camagüey y como homenaje a esta figura que fue profeta en su tierra.
Referencias
bibliográficas
1. Pedroso Rodríguez
H. Dr. Pedro Monreal Valdivieso. En: Pedroso Rodríguez H. Memorias de
un médico provinciano. Observación inédita; 1990. pp. 127-48.
2. Dolores García
A. El Colegio San Agustín de Camagüey. Gaceta de Puerto Príncipe
[Internet]. 2013 [citado 14 Abr 2018]. Disponible en: http://gacetadepuertoprincipe.blogspot.com/2013/06/el-colegio-san-agustin-de-camaguey.html
3. Monreal Valdivieso PMR.
Certificado de bautizo. Archivos de la Parroquia de Nuestra Señora de
la Soledad. Puerto Príncipe; 1902 Nov. Tomo 33. p. 256, inscripción
156.
4. Martínez de la
Cruz F. Contribución al estudio de la medicina histórica republicana
en Camagüey. Cuadernos de Historia Habanera. XIII Congreso Nacional de
Historia; 1960. La Habana, Cuba; 1960; 106.
5. Monreal Acosta P. Síntesis
biográfica. Ecured. [Internet] 2011 [citado 14 Abr 2018]. Disponible
en: https://www.ecured.cu/Pedro_Monreal_Acosta#S.C3.ADntesis_biogr.C3.A1fica
6. Monreal Valdivieso P.
Tres casos de alteraciones osteocondrales. Boletín del Colegio Médico
de Camagüey:1939 Ene-Feb, Mar-Abr;1(4 y 5):30-4.
7. Letamendi Manjarrés
José de. [Internet]. Wikipedia, La enciclopedia libre [citado 14 Abr
2018]. Disponible en: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Jos%C3%A9_de_Letamendi&oldid=106179860
8. Rivas Agüero Miguel
A. El círculo de profesionales de Camagüey. Gaceta de Puerto Príncipe.
[Internet] 2014. [citado 14 Abr 2018]. Disponible en: http://gacetadepuertoprincipe.blogspot.com/2014/07/el-circulo-de-profesionales-de-camaguey.html
9. Homenaje a los profesionales
de nuestro hospital municipal de emergencias Dr. Francisco Don Rodríguez.
Boletín del Colegio Médico de Camagüey:1939 May-Jun;1(6):
64-5.
10. Hernández Porto
Y. Cuba en la lupa ortopédica mundial. XXVI Congreso Cubano de Ortopedia
y Traumatología. Juventud Rebelde [Internet]. 2015 Sep 25. [citado 10
Jun 2018] Disponible en: http://www.juventudrebelde.cu/cuba/2015-09-25/cuba-en-la-lupa-ortopedica-mundial
11. Sosa de Quesada U. Ante la tumba de Monreal (El genio bohemio). Boletín del Colegio Médico de Camagüey. 1941; 4(1):24-6.
Conflicto de intereses
Los autores declaran que no poseen conflicto de intereses respecto a este texto.
Hernández González.
I Especialista de Segundo Grado en Ortopedia y Traumatología. Especialista
de I Grado en Medicina General Integral. Máster en Urgencias Médicas.
Profesor Asistente.
Mosquera Betancourt. Doctora en Ciencias Médicas. Especialista de Segundo Grado en Neurocirugía. Máster en Longevidad Satisfactoria. Profesora e Investigadora Titular.