Artículo
Ética
médica en la práctica anatomopatológica
Medical ethics in anatomical-pathological practice
Daisy Ferrer
Marrero1*
Lourdes Palma
Machado2
Isnerio Arzuaga
Anderson2
Halina Pérez Alvarez3
1
Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas Victoria de Girón.
Universidad de Ciencias Médicas. La Habana. Cuba.
2
Hospital Docente Clínico Quirúrgico Joaquín Albarrán
D. La Habana. Cuba.
3 Instituto de Medicina Legal. La Habana. Cuba.
*Autora para la correspondencia: dferrer@infomed.sld.cu
RESUMEN
El objetivo
del presente estudio es exponer particularidades éticas del trabajo anatomopatológico
a la luz de la realidad histórico social. Se emplean métodos teóricos
y empíricos y a partir del análisis documental se opera con referentes
en los enfoques contemporáneos. El estudio de aspectos generales referidos
a la moral y a la ética permitió acceder a definiciones, bases
legales y evolución histórica, a la vez que se profundiza en su
repercusión en el sector salud y se desarrollan las peculiaridades del
trabajo anatomopatológico desde sus manifestaciones en la actividad asistencial,
docente e investigativa. Se concluye que los principios éticos generales
de la conducta profesional y médica son aplicables al trabajo anatomopatológico
en todas sus esferas; al igual que los de la bioética.
Palabras clave: Ética, ética médica, bioética, anatomía patológica.
ABSTRACT
The objective
of the present study is to exhibit ethical peculiarities of the anatomical-pathological
work in view of the historical-social reality. Theoretical and empirical methods
are used and from the documentary analysis it occurs with modality in the contemporary
approaches. The study of general aspects referred to the morality and to the
ethics allowed to gain access to definitions, legal bases and historical evolution,
simultaneously that deepens in its aftereffect in the sector health and the
peculiarities of the anatomical-pathological work develop from its declarations
in the welfare, teaching and investigative activity. One concludes that the
general ethical beginning of the professional and medical conduct is applicable
to the anatomical-pathological work in all its spheres; as those of the bioethics.
Keywords: Ethics; medical ethics; bioethics; pathological anatomy.
Recibido:
17/9/2018
Aprobado: 12/3/2019
Introducción
Desde la
antigüedad a la contemporaneidad, se ha estudiado el origen, el desarrollo
y las perspectivas de la conducta ética en la práctica médica.
Cuba no es ajena a esta realidad y puede encontrarse que, tanto José
Martí; como Fidel Castro, hicieron aseveraciones y reflexiones que destacan
el valor ético de la medicina y, más aún, de la conducta
moral de los que intervienen en dicha práctica.(1,2) El
alegato "La Historia me Absolverá", evidencia la concepción
de salud como un proceso vinculado con todos los aspectos de la vida humana
y su necesaria inclusión en una plataforma programática; son ideas
que le confieren un carácter social, luego del triunfo revolucionario.(3)
Dentro de
los criterios fundamentales del Programa del Moncada, se encuentran, entre otros,
priorizar la salud pública como uno de los servicios vitales para la
sociedad humana; promover la participación de las masas en los programas
de salud y; desarrollar en los médicos y demás trabajadores de
la salud un elevado espíritu de solidaridad y una profunda conciencia
del valor social y humano de su actividad.(3,4) Este último encierra
características que le confieren su elevado rasgo ético.
Se reconoce
que entre los valores morales y la ética en el servicio de salud que
se presta a la población deben estar presentes la formación y
la identidad que le caracteriza.(5) En este quehacer médico se desenvuelve
la Anatomía Patológica, rama de la medicina que, desde sus diferentes
esferas de actuación, debe garantizar una conducta ética a toda
prueba y tener en cuenta, precisamente, determinadas características
de la ética, que la hacen cambiable en el tiempo, atendiendo a variaciones
en las diferentes esferas de la vida; por lo que se pretende expresar particularidades
éticas del trabajo anatomopatológico a la luz de la realidad histórico
social.
El estudio,
fundamentalmente cualitativo, descansa en el estudio de la ética en la
medicina y particularmente en la Anatomía Patológica, a través
de un diseño flexible, donde las áreas del conocimiento que se
abordan son las referidas a los conceptos de ética y bioética,
a su significado y a su aplicabilidad.(6,7) Los métodos empleados son,
tanto teóricos como empíricos (8) y las técnicas instrumentales
de recogida de datos incluyen, entre otras, las anécdotas personales
y los intercambios.
Se define
el tema como variable, y sus dimensiones son los diferentes campos de estudio
para tal variable, las que se operacionalizan a través de criterios.
El cumplimiento del objetivo se concibe a partir del análisis documental
realizado, tomando como referente teórico los enfoques contemporáneos
y utilizando la reflexión. El desarrollo de las tareas se basa en determinadas
concepciones científicas, lo que permite estudiar los mecanismos y las
generalidades de las entidades objeto de estudio y sirve para establecer criterios
o juicios de valor en el espacio y en el tiempo.
La investigación se realiza bajo los principios éticos del respeto, la obligación de maximizar los posibles beneficios del estudio y de minimizar los posibles daños y equivocaciones y, durante su ejecución se conserva la honestidad e imparcialidad, acorde al concepto de Revolución.(9)
Desarrollo
Los aspectos
generales del tema, referidos a la moral y a la ética, en su surgimiento,
sus definiciones, sus bases legales y su evolución histórica,
repercuten en el sector salud, haciéndose más complejos con el
desarrollo de las nuevas tecnologías. Se reflejan como ética médica,
deontología médica y bioética. Se
reconoce que la Medicina ha sido edificada sobre fundamentos profesionales que
la caracterizan como la autonomía técnica y la profesional; así
como el compromiso social que permiten considerarla como una de las más
importantes actividades humanas, hasta la actualidad.(10)
No obstante,
se afirma y fundamenta, a través de un análisis de búsquedas
en la base de datos MEDLINE, (11) que este tema se ha relacionado muy poco con
la Anatomía Patológica; lejos de intentar una visión totalizadora
del problema, en este trabajo se comentan algunos aspectos éticos, incluso
controversiales, al colidir con algunos usos y costumbres en la práctica
anatomopatológica.
La categorización
de las actuaciones anatomopatológicas, como un acto médico, trae
aparejada una primera consecuencia directa; abarca, de inicio, los principios
generales de la ética médica. En principio, al sujeto de la actuación
corresponde el principio relativo a los derechos de los pacientes; al especialista
le son exigibles las obligaciones deontológicas de los médicos
y; al resto de los participantes en esta práctica, les corresponden obligaciones
deontológicas y bioéticas, derivadas de los códigos existentes.(12,13,14,15,16)
La responsabilidad
del profesional o del equipo incluye prever los posibles desenlaces que sus
actuaciones generan en el paciente o su familia; lo que implica comprender las
creencias, valores y expectativas individuales del paciente, su familia, la
sociedad, el mismo profesional de la salud, el resto de los trabajadores y la
institución donde éstas se desarrollan. Desde
un punto de vista general, es imprescindible hacer referencia a los 3 principios
éticos considerados en el Informe Belmont y que se extienden y se aplican
más allá de la investigación. Su aplicación práctica
se traduce en el consentimiento informado, el respeto a la confidencialidad,
la valoración de riesgos y beneficios y la selección equitativa
de sujetos en la investigación.(17)
Dentro de
las funciones de un especialista en Anatomía Patológica se recoge,
explícitamente, las características de su actuación; pero
debe tenerse presente que éstas incluyen la docencia y la investigación,
entre otras, que también tienen aspectos éticos a considerar.
Al desarrollar los manuales de organización y procedimientos en los diferentes
servicios, o proceder a su reglamentación, hay que dejar plasmada, de
alguna forma, la necesaria conducta ética a asumir por los intervinientes,
entre ellos y hacia los usuarios del servicio.
El servicio
de Anatomía Patológica se dedica al estudio y diagnóstico
de las enfermedades por medio de métodos morfológicos, además
de participar en actividades de docencia e investigación. Pero esos métodos
morfológicos a que se hace referencia incluyen aquellos realizados con
actuaciones en vivo y, con actuaciones en cadáveres. Las primeras comprenden
las biopsias y las citologías, dentro de las cuales la citología
por aspiración con aguja fina ha marcado un hito en la relación
de los patólogos con los pacientes y sus familiares.
En la
función asistencial
El Departamento
de Anatomía Patológica de una institución de salud pertenece
al grupo de especialidades medios de diagnóstico. La elevación
del ideario bioético es una necesidad imperiosa, al igual que se exige
calidad en la adquisición de nuevos conocimientos, lo cual requiere también
que la práctica diaria de las actividades sanitarias esté imbuida
de principios morales.(18,19)
Tanto en
la aplicación de la citología, la biopsia y la autopsia, como
métodos diagnósticos, se hace evidente que, el respeto a la dignidad
de las personas requiere asegurar la calidad en todas las etapas del procesamiento
de las muestras y su diagnóstico; así como la emisión de
informes correctos, velando porque se hallen a disposición del paciente
en el lugar y en el momento adecuados.
Es fundamental
la confidencialidad; es necesario establecer mecanismos que aseguren ésta
en el acceso a las muestras y a los diagnósticos para proteger la intimidad
del paciente y evitarle un posible perjuicio. El hecho de que los servicios
de anatomía patológica sean custodios de las muestras y bloques
almacenados, en beneficio del paciente, obliga a controlar el acceso a ellas
y a las informaciones que pueden brindarse. Deben establecerse los perfiles
de quién debe tener acceso a qué información y en qué
etapa del proceso; así como con la entrega de informes, la que debe hacerse
al propio paciente o a la persona autorizada por él, cumplimentando las
regulaciones administrativas del centro asistencial.
Hay que
tener en cuenta, la transferencia de muestras a terceros para realizar pruebas
diagnósticas, es responsabilidad del servicio y debe ser registrada y
autorizada expresamente por el patólogo y/o el servicio responsable,
según el caso; debiendo dejar constancia de ello, de la protocolización
del proceso y de las firmas correspondientes.
Una de las
aplicaciones prácticas del principio de respeto a la dignidad de las
personas es el consentimiento informado; ya que, después de una información
completa, en las muestras diagnósticas que se reciben habitualmente debe
constar, en la historia clínica, la autorización para el procedimiento
diagnóstico y, en el caso de las autopsias, se recomienda obtener una
autorización específica para su realización. Éste
se trata de un proceso y no de un mero marco formal que busca la firma de un
documento.(20)
Ninguna
persona puede ser obligada a que le realicen una investigación contra
su voluntad en alguno de los laboratorios; no obstante, las excepciones abundan,
tales como los niños, los pacientes en estado de inconsciencia, algunas
condiciones en ancianos, personas con retraso mental y trastornos psiquiátricos.(18,21,22,23)
La utilización
del excedente de las muestras, en beneficio del paciente para una posible reevaluación
del caso, es un tema de preocupación para muchos servicios de Anatomía
patológica. Sin dudas, se trata de un material valioso para asegurar
la precisión del diagnóstico (como control en las técnicas
de histoquímica e inmunohistoquímica), debiendo emplearse, de
manera anónima.(24)
El principio
de solidaridad -de ayudar a otros en la misma medida en que se ha recibido esta
ayuda- para mantener la calidad en los procedimientos es el que prevalece, si
de ello no se deriva ningún perjuicio para el paciente.
Otro aspecto
de interés internacional lo constituye la indicación de pruebas
para el diagnóstico, cuyo uso inadecuado así como el abuso de
sus indicaciones daña particularmente, y en primer lugar, el bien común.(25)
Afecta no sólo al paciente, al ocasionarle molestias innecesarias; si
se trata de pacientes ingresados, influye también en el tiempo de estadía
hospitalaria. Esta práctica es poco frecuente en Cuba.
La indicación
de estudios citológicos de esputo sin explicar previamente a la persona
las características del examen que se le va a realizar y su objetivo,
ni las condiciones en que deben ser colectadas las muestras, repercute aún
más si, por desconocimiento de las condiciones de la obtención
de la muestra, ésta debe repetirse. Es causa de molestias al paciente
y de mayores gastos para el laboratorio, la institución y el sistema
de salud; resultando en un daño al bien común.
Un método
anatomopatológico, al cual no siempre se le confiere la relevancia que
le corresponde, es la autopsia clínica. Los médicos deben brindar
la información necesaria a los familiares, en lenguaje comprensible,
así como darles a conocer la posibilidad posterior de acceder a la información
sobre los resultados.
La gestión
que se realiza para obtener la autorización para su realización,
de los familiares del fallecido en el Cuerpo de Guardia, en su domicilio o durante
el trayecto hacia el hospital, no siempre es la más adecuada. Tampoco
lo es si el fallecimiento ocurre en la institución hospitalaria, limitándose,
con mucha frecuencia, a la pregunta de si se desea preparar el cadáver
y esta interrogante se formula además, en circunstancias no propicias,
pues se dirige al primer familiar que se encuentra, muchas veces bajo las presiones
sicológicas y emocionales que reviste este hecho.
Es importante,
en estas circunstancias, el dolor ajeno y el derecho de ese familiar a la consulta
necesaria con el resto de los parientes, teniendo en cuenta las condiciones
que se requieren para tomar una decisión que compromete a la familia,
entre otros.
Otro aspecto
a destacar se relaciona con la conducta a seguir cuando se detecta un error
por parte del patólogo. Es importante, ante todo, tratarlo (al igual
que al paciente), con dignidad y respeto, lo cual implica una conducta ética.
En estas circunstancias significa realizar acciones como la corrección,
si aún no ha salido, del resultado del laboratorio; informar en caso
de que se descubra después de haber salido el resultado del laboratorio;
comunicar, previamente, al paciente en el caso de que no se haya realizado una
determinación por error o insuficiente cantidad de muestra y sea necesario
repetir la obtención de ésta, para evitar que le pueda crear preocupación;
extremar siempre los cuidados necesarios para evitar errores similares en el
futuro y; asumir una ética de virtudes (fortaleza, templanza, justicia,
valor, generosidad, inteligencia y prudencia), dirigida fundamentalmente a las
personas y no a los actos.
Un servicio
de Anatomía Patológica puede convertirse en un motor de cambios
dentro de una institución hospitalaria. Ello incluye, entre otros aspectos,
la colaboración del profesional del servicio con el médico de
asistencia en la información que se da al paciente.
En la
función docente
En ella
repercuten, en mayor o menor medida, los aspectos abordados en la función
asistencial; ya que ambas, asistencia y docencia se combinan en la formación
característica de la enseñanza médica: la educación
en el trabajo. Precauciones
especiales deben tomarse con la manipulación del tejido excedente, que
se elimina o se conserva parcialmente para ser utilizado con posterioridad;
sin dudas, se trata de un material valioso para la docencia y la investigación.
Los recursos
humanos vinculados a la práctica de la especialidad deben apropiarse
de los valores a defender, que se plasman en los diferentes programas y planes
de estudio que se le relacionan; ya sea en la formación de alumnos, de
técnicos, de licenciados y de especialistas pudiendo apoyarse en el desarrollo
de las estrategias curriculares, también concebidas en los documentos
rectores vigentes.(26)
En la
función investigativa
Los propios
avances de la ciencia y de la tecnología en la contemporaneidad demandan,
cada día más, del enfoque ético de la ciencia; y conllevan
a un crecimiento de la significación de la moral profesional en la vida
social.
Al igual
que en la función docente, en la investigativa repercuten, en mayor o
menor medida, los aspectos abordados en la función asistencial. Una peculiaridad
se vincula al excedente de muestras, que es de gran utilidad y con el que debe
procederse con las regulaciones que se han señalado. El respeto a la
dignidad de la persona (léase a la autonomía del paciente) exige
el consentimiento del paciente para esta reutilización.
Ya refiriéndose
al proceso investigativo desde su concepción, como proyecto, hay que
tener presente que, al analizar éste, deben tenerse en cuenta diferentes
regulaciones éticas como: la validez científica del proyecto,
su justificación ética, la sustentabilidad; su aprobación
por comités de ética. Además, el procedimiento de selección
de sujetos; los riesgos y beneficios; los mecanismos de consentimiento; la autorización
en casos de incapacidad; la comunicación de resultados; la protección
de confidencialidad y privacidad y el derecho a tratamiento y compensación.
Un requisito
indispensable para realizar la investigación, tanto biomédica
en general como con muestras biológicas, es el consentimiento informado
del paciente/donante; la legislación española y la legislación
internacional definen y regulan este aspecto.(27)
Es una obligación
ética de los especialistas que participan en una investigación,
conocer los detalles de ésta; implica brindar y prestar atención
a las recomendaciones realizadas; considerar si resulta adecuado o no el análisis
costo-beneficio, si se ha practicado un verdadero consentimiento informado o
no y, si los resultados esperados benefician realmente a las personas implicadas
en la investigación, entre otras.
Avances
tecnológicos en el trabajo anatomopatológico y sus dilemas éticos
Se señala
que, como los patólogos han sido agentes de cambio desde dentro; deben
mantener las adecuadas conductas a pesar de los grandes avances científicos
en otras áreas del conocimiento. (11) Existen entidades en las que no
es fácil evidenciar alguna lesión macro o microscópica,
como la muerte súbita de origen cardiovascular, y actualmente suele recomendarse
una "autopsia molecular"; sin el desarrollo de la Anatomía
Patológica no hubiese sido posible la aparición de una "autopsia
molecular", la que también plantea conflictos éticos.
El surgimiento
de la biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) ha eliminado la necesidad
de la cirugía exploradora; en 1988 se aumenta su empleo como método
confiable, seguro, rápido y, capaz de proporcionar un diagnóstico
basado en los principios de la patología quirúrgica, entre otros;
permitiendo, incluso, la realización de técnicas especiales.(28)
En 1989,
comienza a funcionar, por primera vez en Cuba, la consulta de BAAF para lesiones
palpables con diagnóstico inmediato a través de un grupo multidisciplinario,
teniendo como norma la seguridad de la adecuada indicación del método
y su validación en términos de sensibilidad, especificidad y eficiencia.(29)
Esta práctica enfrenta al patólogo ante nuevos dilemas de tipo
ético, comunes a los de otros profesionales de la salud. La relación
médico paciente y la responsabilidad profesional adquieren marcada importancia
y ha dado lugar a interrogantes que, la bioética, como nueva concepción
de la ética en el campo de la salud, trata de solucionar.
La introducción
del sistema de información de Anatomía Patológica, relacionado
con los estudios de autopsias, biopsias y citologías; ha generado conflictos
éticos, al compartirse información, antes controlada, directamente,
por el patólogo.(30)
El patólogo debe conocer, además, los aspectos legales y técnicos básicos de seguridad, identificar la importancia de conceptos como autenticación, encriptación, firma electrónica y los mecanismos habituales de fallos de seguridad. Estos, a su vez, pueden mezclarse con conflictos éticos e, incluso, bioéticos; debido a los diversos usuarios de información a los que tributa, los contenidos que abarca, los registros y bancos de datos y de tejidos, la disponibilidad de imágenes digitales, la telemedicina con fines asistenciales, docentes e investigativos. Ello demanda atención.
Los principios
cubanos de la ética
Los códigos
de ética son el resultado de una larga evolución histórica
y doctrinal que ha durado más de dos mil años; en el caso de la
ética médica ennoblecen y permiten definir al auténtico
profesional de la medicina, propagando la noble imagen del médico virtuoso
consagrado a su profesión, compasivo y humano, sirviendo también
para afianzar los llamados principios de beneficencia y no maleficencia.(31)
En Cuba,
mediante la Resolución Ministerial No. 138 de 15 de julio de 2009, en
el primero de sus resuelvos, se reorganizan las Comisiones de Ética Médica
en los diferentes niveles del sistema de salud, teniendo como premisa, entre
otros, que sus miembros sean un magisterio vivo de los valores éticos
que rigen la práctica de la salud pública cubana y deben influir
en este sentido, directa y sistemáticamente, con el colectivo de trabajadores
de su centro.(32)
En los apartados
segundo y tercero de dicha resolución se manifiestan aspectos organizativos;
resulta de gran importancia el apartado cuarto, que establece sus funciones,
dentro de las que se encuentran el apego a los Principios de la Ética
Médica,(33) la asesoría a las decisiones éticas en la práctica
asistencial y, la evaluación de los proyectos de investigación,
entre otros. Resulta destacable el apartado décimo segundo, donde se
hace referencia a la actividad educativa, como una de sus principales funciones.
Dentro de
los principios que sustentan la ética médica cubana se encuentran
la universalidad; la incondicionalidad y; el internacionalismo. Particularizando
en los principios éticos en la práctica médica cubana,
que se expresan en la conducta de los trabajadores de la salud para con el paciente
y sus familiares; con el resto de los trabajadores de la salud; entre el personal
docente y los educandos y; como parte de la sociedad.(33)
Álvarez
Díaz,(11) a través de ejemplos de la práctica cotidiana,
precisa las aristas de esta conducta en la relación con el paciente en
lo referido a la información, con otros patólogos, con otros profesionales
médicos y como agente de cambio, sobre todo ante la medicina social.
Al respecto,
es importante la implementación de mecanismos para lograr que todo el
personal de un servicio anatomopatológico, que se encuentra contemplado
integralmente, en estas reglamentaciones, se sienta miembro activo de un equipo,
en un clima participativo, y haga de los valores y virtudes herramientas de
excelencia en la práctica diaria.
Los procesos analíticos del laboratorio, en cada una de sus fases, tienen aspectos éticos que le son característicos y que deben ser tomados en cuenta para el establecimiento de una adecuada filosofía de trabajo que aspire a la excelencia. Su aspecto más significativo es mejorar la interacción con los médicos de asistencia y con los propios pacientes.
Conclusiones
Los principios éticos generales de la conducta profesional y médica son aplicables en el trabajo anatomopatológico; al igual que los de la bioética, tanto en el desempeño asistencial, como docente, investigativo y en la gestión del conocimiento. Los trabajadores vinculados a su ejercicio deben estar debidamente capacitados y dominar las bases legales que lo rigen. La práctica anatomopatológica hace evidente cómo las normas deben adecuarse a las realidades del desarrollo histórico social.
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Conflicto de intereses
Los autores declaran que no poseen conflicto de intereses respecto a este texto.
Ferrer Marrero.
Especialista de Segundo Grado en Anatomía Patológica. Máster
en Ciencias de la Educación Superior. Profesora Auxiliar.
Palma Machado.
Especialista de Primer Grado en Anatomía Patológica. Profesora
Auxiliar.
Arzuaga
Anderson. Especialista de Segundo Grado en Anatomía Patológica.
Profesor Auxiliar.
Pérez
Álvarez. Especialista de Primer Grado en Medicina Legal, Profesora
Auxiliar, Máster en Investigación de Aterosclerosis.