Artículo
Servicios de salud mental en contexto escolar
Health mental services within educational process
Ximena Cecilia
Macaya Sandoval1*
Claudio Enrique
Bustos Navarrete1
Silverio Segundo
Torres Pérez1
Pablo Andrés
Vergara-Barra1
Benjamín de la Cruz Vicente Parada1
1 Universidad de Concepción. Concepción. Chile.
* Autora para la correspondencia: ximenacecimacay@udec.cl
RESUMEN
Introducción:
Son escasos los servicios en salud mental dentro del contexto escolar que permitan
una integración intersectorial para superar la brecha de falta de asistencia
en salud mental en la población infanto- juvenil, aun cuando, es en la
escuela donde se detectan mayoritariamente los problemas de salud mental. Objetivo:
Analizar el uso de servicios de salud mental en el ambiente escolar en relación
con los trastornos mentales y trastornos subumbrales.
Métodos: El presente resultado se obtiene a partir del "Estudio
de Prevalencia Comunitaria de Trastornos Psiquiátricos y Utilización
de Servicios de la Población Infanto-Juvenil Chilena". La muestra
estuvo representada por sujetos entre 4 y 18 años (N=1556). La información
sobre el uso de servicio de salud mental se recogió con una versión
modificada de la Escala Service Assesment for Children and Adolescent (SACA).
Se realizó un modelo de regresión logística para analizar
cinco áreas del uso de servicios en el ambiente escolar, las cuales se
correlacionaron con diagnósticos de trastorno mentales y trastorno subumbral
de ansiedad, disruptivo y depresión en el último año.
Resultados: Las escuelas se enfrentan a grandes desafíos sobre
cómo proporcionar apoyo efectivo de salud mental para los estudiantes,
que presentan algún tipo de trastorno mental o trastorno subumbral.
Discusión: Las instituciones educativas requieren ser visualizadas
como una entidad que podría satisfacer las necesidades que se advierten
de manera urgente en atención, prevención y promoción de
problemas mentales en la población infanto- juvenil, si se vinculan de
forma más directa con los servicios de salud mental.
Palabras clave: servicios de salud mental; escuela; trastornos mentales.
ABSTRACT
Introduction:
Mental health services are scarce within the school context that allow intersectoral
integration to overcome the gap in mental health care in the child and adolescent
population, being the school where mental health problems are mostly detected.
Objective: to analyse the use of mental health services in the school environment
in relation to mental disorders and subthreshold disorders.
Method: The present secondary study is carried out from the "Study
of Community Prevalence of Psychiatric Disorders and Utilization of Services
of the Chilean Child-Youth Population". The sample was represented by subjects
between 4 and 18 years old (N = 1556). Information on the use of mental health
service was collected with a modified version of the Service Assessment Scale
for Children and Adolescents (SACA). A logistic regression model was performed
to analyze five areas of the use of services in the school environment, which
were correlated with diagnoses of mental disorders and subthreshold anxiety,
disruptive and depression disorder in the last year.
Results: Schools face great challenges on how to provide effective mental
health support for students, who present some type of mental disorder or subthreshold
disorder.
Discussion: Educational institutions need to be visualized as an entity
that could meet the needs that are urgently noticed in attention, prevention
and promotion of mental problems in the child and adolescent population, if
it is linked more directly with health services.
Keywords: mental health services; school; mental disorders.
Recibido: 7/11/2018
Aprobado: 12/3/2019
Introducción
En la actualidad
los servicios en salud mental, dentro del contexto escolar, chileno no son suficientes,
atendiendo a su vez a la necesidad de establecer desde esta perspectiva, un
proceso de integración intersectorial que redunde en la solución
de la falta de asistencia en salud mental que afronta la población infanto
- juvenil, pese a que es la escuela el contexto en el cual se detectan mayoritariamente
los problemas relacionados con esta situación de salud.
Investigaciones
epidemiológicas han demostrado sistemáticamente a nivel mundial
que los trastornos mentales y del comportamiento afectan entre el 10% y el 15%
de los niños, niñas y adolescentes.(1) De igual modo, un informe
de la OMS sobre Recursos de Salud Mental para Niños y Adolescentes resalta
la falta de servicios de salud mental apropiados para esta parte de la población,
aun cuando la mayoría de los países son firmantes de la Convención
sobre los Derechos del Niño.(2) Entre las razones que explican las limitaciones
en la accesibilidad a salud mental para la población infantojuvenil,
la OMS señala deficiencias en el área de los servicios y programas
de salud mental infantil, tales como la existencia de centros ambulatorios de
salud mental.(3) Los programas bien estructurados de promoción y prevención
en el campo de la salud mental son escasos y no siempre bien articulados con
otros sectores de pertinencia particular, como es el caso del educativo.(4)
Por consiguiente,
la eficiencia manifestada por varias de las intervenciones terapéuticas
existentes para los niños(as) y adolescentes que cumplen con criterios
clínicos y subclínicos (umbrales y subumbrales, respectivamente)
de trastornos psiquiátricos en la infancia y adolescencia y la evidencia
que avala la importancia de medidas de prevención y promoción
de ambientes saludables, hace que muchos niños(as) y adolescentes no
reciban los servicios necesarios.(5)
Considerando
lo anterior, las escuelas tienen un rol en cada etapa, que incluye la prevención
y promoción de bienestar para toda la población estudiantil, identificación
e intervención temprana para aquellos considerados en riesgo, e intervenciones
más intensivas para estudiantes con problemas más serios, (6)
ya que abordar la salud mental del estudiante, no es un tema extracurricular,
es un requisito previo para el aprendizaje y el logro.
Sin embargo,
preocupa la falta de coordinación entre los sectores de Educación
y Salud en el área de salud mental, toda vez que los datos arrojan que
uno de los lugares donde se detectan mayoritariamente los problemas de salud
mental son los colegios. Dado que, son escasos los servicios en salud mental
dentro del contexto escolar que permitan una integración intersectorial
real, para superar la brecha de falta de asistencia en salud mental en la población
infanto - juvenil.(4)
En cuanto
a los servicios educacionales en salud mental en el resto del mundo, destaca
el sistema en Estados Unidos, donde los centros de salud basados en la escuela,
School-based health centers (en adelante SBHC) proporcionan atención
integral de salud dentro de las escuelas. En muchas comunidades, las escuelas
son el mayor proveedor de facto de servicios de salud mental y pueden promover
asociaciones con otros proveedores de atención de la salud de la comunidad
para superar las barreras a la atención de salud mental. La mayoría
de las SBHC se encuentran en áreas urbanas y proporcionan atención
integral de salud a niños(as) y adolescentes. Más del 70% de las
SBHC proporcionan servicios de salud mental y todos están obligados a
ofrecer atención médica primaria.(7)
Considerando lo anterior, la relevancia de este estudio secundario radica en que permite conocer que está haciendo la escuela en relación a los niños(as) y adolescentes que presentan un diagnóstico de trastorno mental y/o trastorno submbral, sin tener un servicio como tal, y teniendo en consideración que en nuestro país la mayor parte de niños(as) y adolescentes que presentan algún tipo de trastorno mental, reciben atención en la escuela.(5)
Métodos
El presente
estudio secundario se realiza a partir del "Estudio de Prevalencia Comunitaria
de Trastornos Psiquiátricos y Utilización de Servicios de la Población
Infanto-Juvenil Chilena", que fue conducido por el Departamento de Psiquiatría
y Salud Mental de la Universidad de Concepción y el Departamento de Salud
Mental Oriente de la Universidad de Chile, entre abril de 2007 y diciembre de
2009. En ese estudio se diseñó una muestra aleatoria probabilística
de la población infanto juvenil chilena entre los 4 y 18 años
(N= 1558). Los casos se obtuvieron de cuatro provincias, consideradas representativas
de la distribución nacional de la población, diseño ya
utilizado en un estudio de población adulta.(8) La tasa de
respuesta alcanzó al 82.4 %.Se procuró que estuvieran representados
todos los niveles socioeconómicos, grupos étnicos y población
urbana / rural.(5)
La presencia
de un trastorno psiquiátrico fue evaluada usando la versión computarizada
en español de DISC-IV, validado en Chile por el equipo investigador.
Se registraron los diagnósticos y 4 algoritmos de impedimento contenidos
en el DISC-IV.(5)
Asimismo,
en el estudio original se investigó la utilización de servicios,
tanto públicos como privados los últimos 12 meses, por problemas
emocionales, conductuales y asociados a consumo de sustancias. Se definieron
como servicios educacionales: a la consejería, educación especial
u otra intervención educacional para problemas conductuales o de aprendizaje.
Los Servicios de salud mental formales incluyeron: tratamiento psiquiátrico
ambulatorio u hospitalizado y atención por otros profesionales de salud
mental. (5)
La información
sobre el uso de servicio de salud mental se recogió con una versión
modificada de la Escala Service Assesment for Children and Adolescent (SACA).
(9)
En el presente estudio secundario se analizan cinco áreas del módulo inicial de servicios; uso de servicios ambiente escolar que son:
- Orientación o terapia en la escuela.
- Ayuda de educación especial en sala de clases regular.
- Asistir a una sala de educación especial (salón de recursos).
- Asistir a una escuela especial para estudiantes con problemas.
- Tener que cambiar de curso o escuela.
Estas cinco áreas se correlacionan con Trastornos subumbrales de ansiedad, del comportamiento disruptivo, de depresión mayor y con trastornos clínicos de ansiedad, comportamiento disruptivo y de depresión mayor, todos en el último año. El trastorno mental según el DISC-IV es conceptualizado como un síndrome o un patrón comportamental o psicológico de significación clínica, que aparece asociado a un malestar (p. ej., dolor), a una discapacidad (p. ej., deterioro en una o más áreas de funcionamiento) o a un riesgo significativamente aumentado de morir o de sufrir dolor, discapacidad o pérdida de libertad. Independientemente cual sea su causa, debe considerarse como la manifestación individual de una disfunción comportamental, psicológica o biológica.(10)
Los trastornos
subumbrales se caracterizan por una variedad de síntomas que no se ajustan
a un diagnóstico formal de trastorno mental, según la clasificación
psiquiátrica estándar.(11) Los trastornos psiquiátricos
subumbrales son síndromes psicopatológicos leves, enmascarados,
atípicos o intensos, pero breves, por debajo del umbral del diagnóstico
estandarizado. Indican estados iniciales, intermitentes o residuales de trastornos
psiquiátricos bien conocidos asociados con otros trastornos psiquiátricos
y somáticos.(12)
Cabe señalar, que en este estudio secundario se incluyeron los trastornos subumbrales, puesto que en el ambiente escolar se presenta un porcentaje importante de niños(as) y adolescentes con síntomas, que no alcanzan a configurar un diagnóstico de trastorno mental y que son derivados a las diferentes modalidades de atención que se otorgan en la escuela y que en algunos casos solo dependen de la atención que reciban en la institución educativa.
Instrumentos
En este estudio secundario se analiza la información que se recogió con la versión modificada del Service Assesment for Children and Adolescent (SACA).(9) De la cual se definieron como servicios educacionales a la consejería, educación especial u otra intervención educacional para problemas conductuales o de aprendizaje. Servicios de salud mental formales incluyeron tratamiento psiquiátrico ambulatorio u hospitalizado y atención por otros profesionales de salud mental, datos que son los utilizados para este estudio.
Análisis
estadístico
En el análisis
de uso de servicios en el ambiente escolar se utilizó un modelo de regresión
logística para determinar cuál de los tipos de trastornos subumbrales
y trastornos mentales influyen en la atención en la escuela. Para estimar
los coeficientes, utilizando muestra compleja, se empleó estimación
de seudoverosimilitud considerando los pesos obtenidos tras la posestratificación.
(13)
Para los análisis estadísticos, se utilizó el paquete survey
del software R versión 3.
Resultados
La tabla
1 muestra el porcentaje de niños(as) y adolescentes escolarizados
que recibieron atención en la escuela en alguna de las cinco modalidades
ya mencionadas, según grupo etario y sexo.
Tabla 1. Uso de servicio ambiente escolar de acuerdo a edad y sexo
Fuente: Instrumentos para la observación
Se puede observar que el tipo de intervención más común es orientación o terapia en la escuela, tanto al considerar la edad, como al considerar el sexo. En el grupo de 12 a 18 años, disminuyen todos los porcentajes en todas las modalidades, excepto orientación y terapia en la escuela. Se constató que los porcentajes son mayores en los hombres en todas las modalidades. Los porcentajes son importantes respecto a los niños(as) y adolescentes escolarizados que están sin atención, con trastorno mental y trastorno subumbral. (Tabla 2)
Tabla 2. Uso de servicios (ambiente escolar y servicios de salud mental) por niños (as) y adolescentes escolarizados que presentan un trastorno mental o trastorno subumbral
Fuente: Instrumentos para la observación
Obsérvese
que en la modalidad Orientación y terapia en la escuela, destacan los
sujetos con trastorno de Depresión mayor (17 %), Trastorno de Ansiedad
(13.2 %), y con trastorno Disruptivo (12%). Los sujetos con trastorno Depresivo
mayor reciben un 2.2% de Atención doble (Orientación y terapia
en escuela y atención en servicio de salud mental). De
los niños(as) y adolescentes escolarizados con algún trastorno
subumbral, un 23 % recibe orientación y terapia en la escuela. El trastorno
Subumbral Disruptivo recibe un 5.5 % de atención doble (Orientación
o terapia de la escuela + Atención en servicio en salud mental).
Los niños(as) y adolescentes escolarizados con trastorno disruptivo presentan más probabilidad de ingresar a todos los tipos de intervención, en cambio los sujetos con trastorno ansioso se relacionan solamente con educación especial y orientación y terapia en la escuela. El trastorno Depresivo presenta menos posibilidades de la modalidad de Tener que cambiar de curso o de escuela y de asistir a una escuela especial para estudiantes con problemas. (Tabla 3)
Tabla
3. Relación de niños y adolescentes escolarizados con trastornos
mentales y uso de servicios en ambiente escolar
Fuente: Instrumentos
para la observación
Leyenda: El OR es respecto al grupo que no presenta el trastorno específico
Al analizar los porcentajes de la Tabla 4, no se observa OR significativos para trastorno Subumbral de depresión y trastorno Subumbral de ansiedad, pero sí para trastorno Subumbral disruptivo, (OR = 2.3, 95% CI [1.34- 4.0]), en forma similar a lo que ocurre cuando hay trastorno mental disruptivo, es lo que presenta mayor reacción de la escuela (OR = 2.9, 95% CI [1.27- 6.63]).
Tabla
4. Relación de niños y adolescentes escolarizados con trastornos
subumbrales y uso de servicios en ambiente escolar.
Fuente:
Instrumentos para la observación
Leyenda: El OR es respecto al grupo que no presenta el trastorno específico,
* p<0.05
Regresión
logística múltiple
En la Tabla 5 se puede observar que la presencia de trastorno disruptivo o trastorno subumbral aumenta la probabilidad de recibir todos los tipos de intervención, controlando la presencia de otros tipos de trastornos. Por otro lado, se observa que presentar el trastorno Depresivo hace posible que no se adopte la modalidad, Tener que cambiar de curso o de escuela por problemas de aprendizaje o comportamiento y asistir a una escuela especial para estudiantes con problema.
Tabla
5. Modelo de regresión para determinar cuál de los tipos de
trastornos mentales y trastornos subumbrales influyen en la atención
en la escuela de niños(as) y adolescentes escolarizados
Fuente: Instrumentos
para la observación
Leyenda: * p<0.05
Discusión
Los resultados
presentados permiten conocer el uso de servicios en el ambiente escolar en las
cinco áreas establecidas para el estudio, respecto a niños(as)
y adolescentes escolarizados que presentan Trastornos subumbrales de ansiedad,
del comportamiento disruptivo, de depresión mayor, y con trastornos clínicos
de ansiedad, comportamiento disruptivo y de depresión mayor, todos en
el último año.
El tipo de
intervención más común es orientación o terapia
en la escuela, tanto al considerar la edad, como al considerar el sexo. Para
requerir esta modalidad de atención en la escuela en general, niños(as)
y adolescentes escolarizados presentan algún trastorno mental o algún
trastorno subumbral. En el grupo de 12 a 18 años, disminuyen los porcentajes
en casi todas las modalidades, excepto orientación y terapia en la escuela.
De acuerdo con este resultado, se puede señalar, que así cómo
en las primeras etapas predominan especialmente los trastornos funcionales,
vinculados al desarrollo vital propio de la edad;(14) en fases de
edad intermedia destacan de forma importante los trastornos de conducta y el
TDAH, probablemente vinculado con un menor autocontrol, y una menor aceptación
de límites y normas.(15) En el rango de mayor edad predominan
los trastornos de ansiedad, ya sea por la mayor exigencia o nivel académico,
los diversos cambios físicos, psicológicos y hormonales de la
pubertad o por la creciente interacción, relación de intimidad
y compromiso entre iguales.(16)
En cuanto
al género, los porcentajes observados en Tabla 1, son mayores en los
hombres en todas las modalidades de atención, lo que coincide con el
estudio realizado por Navarro-Pardo, Meléndez, Sales, Sancerni (17)
en el que predominan en los niños los TDAH (84%) y trastornos de conducta
(74,3%), mientras que en otro estudio realizado por Alarcón y Bárrig
(18) también en los varones, predominan los trastornos externalizantes.
Respecto a la frecuencia de uso de servicios (ambiente escolar y servicios de
salud mental) por sujetos que presentan un trastorno mental o trastorno subumbral
(Tabla 2), se observa que en promedio niños(as) y adolescentes escolarizados
que reciben orientación y terapia en la escuela son un 13%. Los niños(as)
y adolescentes escolarizados con algún trastorno subumbral un 23% reciben
orientación y terapia en la escuela. Destacan, los altos porcentajes
de niños (as) y adolescentes escolarizados que están sin atención,
con Trastorno mental y trastorno subumbral.
Por consiguiente,
deben fortalecerse los sistemas que fomentan las asociaciones entre los recursos
comunitarios existentes y las escuelas,(7) para que niños(as)
y adolescentes escolarizados puedan recibir atención oportuna dentro
y fuera de la institución educativa; de manera que se tenga en cuenta
que los efectos de las dificultades de salud mental son problemáticos
para los estudiantes, porque tienen un impacto negativo en el rendimiento académico,
el comportamiento, la asistencia y la violencia escolar. (19)
En cuanto a la relación de los trastornos mentales y trastornos subumbrales y el uso de servicios en el ambiente escolar (Tabla 3 y 4), el trastorno clínico y trastorno Subumbral disruptivo presentan una mayor reacción de parte de la institución educativa para ofrecer apoyo en todas las modalidades de servicio. Las cifras de trastornos disruptivos son más altas que en la mayoría de los estudios realizados en otros países.(20)
Teniendo
en cuenta que muchos estudios señalan la escuela como un lugar apropiado
e importante para intervenir en salud,(21) de alguna manera, trata
de suplir la falta de centros ambulatorios; en Chile solo un 3,7% están
dedicados exclusivamente a la atención de niños y adolescentes.(22)
En los resultados
del modelo del análisis de regresión logística múltiple
(Tabla 5), se observa que la presencia de trastorno clínico disruptivo
o trastorno subumbral disruptivo aumenta la probabilidad de recibir todas las
modalidades de atención en la escuela, controlando la presencia de otros
tipos de trastorno. Según estudio realizado por Vicente, Saldivia, De
la Barra, Melipillán, Valdivia, Kohn,(5) la mayoría
de los niños o adolescentes con un trastorno mental diagnosticado no
recibe atención de ningún tipo y en su mayoría recurre
a servicios que se encuentran en el contexto escolar. Por lo que, las escuelas
se enfrentan a desafíos sobre cómo proporcionar apoyo efectivo
de salud mental para los estudiantes, que presentan algún tipo de trastorno.(23)
Desde esta perspectiva, para la escuela, aun cuando cuenta con múltiples
ventajas, son más las tensiones a la hora de abordar promocional, preventiva
y focalizadamente problemáticas sicosociales que afectan a los niños
y sus familias. (24)
Aun cuando
existen logros durante los últimos años, todavía existen
muchos problemas y desafíos que amenazan las posibilidades de desarrollo
saludable de niños(as) y adolescentes en América Latina y el Caribe.
El perfil de las condiciones de salud de la población infantil y juvenil
se entrelaza en el contexto específico de grandes inequidades sociales,
económicas, geográficas, étnicas, de género y en
el acceso a servicios básicos como salud y educación que todavía
prevalecen y caracterizan la Región.(25)
Si se considera
que la prevalencia de los trastornos mentales en jóvenes de América
Latina y el Caribe es de 20%, por lo menos 53 millones de niños, niñas,
adolescentes y jóvenes requieren atención en salud mental, en
los países de la Región.(26) Por lo que, se requiere
buscar medidas de atención que puedan llegar a más niños(as)
y adolescentes con problemas de salud mental, es así, que se advierte
la necesidad de una tarea de coordinación entre el sistema escolar y
el sanitario para la evaluación y tratamiento y la realización
de un seguimiento multidisciplinar(17) especialmente, en la población
infanto-juvenil, donde se producen falencias de servicios específicos
para su atención.(4)
Considerando
lo anterior, Belfer y Rohde (27) describen los servicios de salud
mental para jóvenes en América Latina como servicios con un enfoque
primordialmente sicoanalítico (aunque esta situación está
cambiando), con demasiado énfasis en los trastornos graves, pero poco
comunes, así como poco acceso a intervenciones basadas en evidencia empírica.
No se cuenta con suficientes recursos humanos y servicios de salud mental dirigidos
a niños y adolescentes y los que existen, están centralizados
en las grandes ciudades.(26) Dicho lo anterior, el Estado debe desarrollar
servicios especializados para la atención de la salud mental de niños(as)
y adolescentes de acuerdo con las características del sistema de salud
del país y las necesidades de la infancia, evitando la discriminación
social que hoy atraviesa la provisión de este servicio.(4)
Es necesario,
implementar servicios de salud mental basados en la escuela que incluyen no
solo intervenciones terapéuticas para estudiantes con problemas de salud
mental y del comportamiento identificados (por ejemplo, terapia individual,
capacitación en habilidades sociales), sino que además estrategias
universales de prevención e intervención temprana (por ejemplo,
detección universal, apoyos conductuales positivos), lo que sugiere que
las escuelas ofrecen un punto de acceso importante para facilitar una conexión
con servicios críticos.(28)
De ahí que, las políticas y planes no deberían restringirse tan solo al sector salud, pues la salud mental infantil requiere la integración de los sectores educativo, social y judicial, además del trabajo con las familias.(26) No obstante, las principales barreras para el desarrollo de la estrategia de Escuelas Promotoras de la Salud, de acuerdo con información de encuesta regional realizada por la Organización Panamericana de la Salud son: dificultad para trabajar en forma coordinada con otros sectores, infraestructura inadecuada o insuficiente, dificultad para insertar la promoción de la salud en los programas escolares.(25)
En consecuencia,
y debido a la conveniencia de realizar acciones en un entorno donde los alumnos
pasan gran parte de su tiempo, las escuelas se han convertido en uno de los
escenarios más importantes para las intervenciones en niños(as)
y adolescentes (29) y desde donde se debiera complementar con servicios
adecuados en salud mental. Las
limitaciones tienen que ver con la falta de estudios respecto a los servicios
educacionales en salud mental, especialmente en América Latina, pues
habría sido relevante contrastar datos para la visualización más
completa de lo que está ocurriendo con la población infanto-juvenil
escolarizada con problemas de salud mental en el contexto escolar, es un aspecto
que debe tomarse en consideración para el análisis de los resultados
y la discusión.
Como conclusiones se señala que este estudio resalta la creciente necesidad de reevaluar los servicios de salud mental brindados a niños (as) y adolescentes escolarizados en el ambiente escolar chileno, por cuanto las instituciones educativas requieren ser visualizadas como una entidad que podría satisfacer las necesidades que se advierten de manera urgente en atención, prevención y promoción de problemas mentales en la población infanto- juvenil, si se vincula de forma más directa con los servicios de salud. Considerando que, la escuela ya está de algún modo aportando con la atención en salud mental de niños(as) y adolescentes que asisten a sus aulas.
Agradecimientos
Se agradece al Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, de la Universidad de Concepción por facilitar los datos del "Estudio de Prevalencia Comunitaria de Trastornos Psiquiátricos y Utilización de Servicios de la Población Infanto-Juvenil Chilena", proyecto del Fondo de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT) proyecto No 1070519.
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Conflicto de intereses
Los autores declaran que no poseen conflicto de interés respecto a este texto.
Macaya
Sandoval. Máster en Educación. Licenciada
en Educación. Postítulo en Educación Emocional y Bienestar.
Bustos Navarrete.
Psicólogo. Máster en Estadística Aplicada.
Torres Pérez.
Estadístico.
Vergara-Barra.
Psicólogo Clínico Infanto Juvenil.
Vicente
Parada. Médico Psiquiatra. Doctor en Filosofía. Mención
Epidemiología y Psiquiatría Social.