Página de la Historia
Valor de la hidroterapia en la cultura fenicia
Value of hydrotherapy in the Phoenician culture
Cristina Torres Pascual
Doctora en Información y Documentación. Diplomada en Fisioterapia. Licenciada en documentación. Profesora Titular. Escola Universitària de la Salut i l'Esport. EUSES, adscrita a la Universitat de Girona. Departamento de Fisioterapia. Avenida Francesc Macià 65, 17190 Salt, Girona, España. ctorres@euses.cat
RESUMEN
El agua, como agente físico de la naturaleza, ha sido utilizada desde la antigüedad con fines higiénicos y terapéuticos. Sin embargo, distintas civilizaciones antiguas le añadían un valor mágico y divino para conseguir la curación. El objetivo de la presente revisión bibliográfica es conocer el valor terapéutico del agua en la cultura fenicia, así como identificar la localización de los centros termales donde se aplicaba.
Palabras clave: agua, hidroterapia, historia.
ABSTRACT
Water, as a physics agent of nature, has been used since ancient times with hygienic and therapeutic aims. However, different ancient civilizations added it a magic and divine value to get faith healing. The objective of this bibliographical review is to know the therapeutic value of water in the Phoenician culture, as well as to identify the location of thermal justifys where it was applied.
Keywords:
water, hydrotherapy, history.
INTRODUCCIÓN
Etimológicamente la palabra hidroterapia se deriva de los términos griegos hydor, agua, y therapeia, terapia. Por tanto, se entiende la hidroterapia como el uso tópico o externo del agua con fines terapéuticos.1 Los beneficios que proporciona su aplicación son producidos por el conjunto de sus propiedades mecánicas, térmicas y químicas que, junto a otros agentes como el movimiento, y oportunamente la influencia climática de la zona, dotan al agua de un efecto curativo.
Se ha utilizado desde la antigüedad con beneficios higiénicos y terapéuticos. Si bien el mayor auge de la hidroterapia se sitúa en la Antigua Grecia y la Civilización Romana,2 según la mayor parte de la bibliografía, anteriormente los fenicios ya daban gran importancia a la utilización del agua como elemento purificador y de vida.3
Desde la antigüedad es considerada un símbolo de vida y purificación. En la medicina tradicional china es uno de los elementos indispensables de la naturaleza para mantener el equilibrio, tanto del cosmos como del cuerpo humano. Hoy en día se sabe es el principal componente del cuerpo humano, necesaria para el buen funcionamiento de los tejidos. Su uso externo, a través del tacto por su contacto sobre la piel, como de la audición por el rumor del agua del mar, ríos o fuentes, añade un valor purificador al liberar del cuerpo y la mente aquellas situaciones que crean tensión, malestar, estrés o irritabilidad, entre otras.
La medicina fenicia, como en la mayoría de civilizaciones arcaicas, une los conocimientos terapéuticos del momento con la religión, la fe, los rituales y la magia, con fines curativos. Al igual que los sumerios en la aplicación del masaje recitaban conjuros bajo la forma y veneración de la deidad Enki,4 en la Antigua Fenicia el uso del agua como medio terapéutico se llevaba a cabo bajo la veneración y culto de distintas deidades como Baal encargado de predecir nacimientos, e identificado con Astarté o Eshmún, que protegía a los niños utilizando a su vez amuletos y oraciones. En todo el territorio fenicio el agua era un elemento indispensable en los rituales terapéuticos y regeneradores, este hecho hizo que se construyeran santuarios en zonas con aguas termales que favorecían la recuperación de los pacientes por ser lugares de purificación donde habitan los dioses.
Sin embargo, al hablar en hidroterapia de aguas sagradas se añade un valor de orden simbólico. La inmersión en el agua llevará al paciente a un estado de sugestión que favorecerá su recuperación,5 por manifestarse el poder favorable de las fuerzas sobrenaturales de las deidades.
El objetivo de la presente revisión bibliográfica es conocer su valor terapéutico en la cultura fenicia, así como identificar la localización de los centros termales donde se aplicaba.
Efectos terapéuticos del agua
Si bien los efectos terapéuticos del agua se producen por las propiedades mecánicas, térmicas y químicas de esta,1 sus efectos adquieren unas connotaciones especiales, según los fenicios. Estos atribuían parte de los beneficios del agua al estímulo de los receptores del tacto, de la audición y de la visión.6
La primera zona de actuación del agua es la piel, así los efectos dependerán de la combinación de los estímulos térmicos, mecánicos, dinámicos, hidrostáticos, superficie de aplicación y del tiempo de la misma, ya que estos no actúan aisladamente.7 A través de los baños se estimulan los receptores del tacto,6 receptores de presión, del dolor y temperatura. A partir de las primeras reacciones locales y reflejas por el estímulo de los receptores cutáneos, y de las reacciones fisiológicas derivadas de la aplicación, el cuerpo empieza a sufrir cambios desde el instante que entra en el agua. En un primer momento los vasos cutáneos sufren una breve vasoconstricción, aumentando la resistencia periférica y la presión sanguínea.
Seguidamente las arteriolas se dilatan, disminuyendo la resistencia periférica y la presión arterial, mejorando el gasto cardíaco y la circulación de retorno. Por otro lado, al estar sumergido el cuerpo en el agua, en posición vertical, sufre una compresión generada por la presión hidrostática, conllevando una disminución del perímetro torácico y abdominal. Todo ello contribuye a cambios metabólicos por la demanda de oxígeno y la producción de dióxido de carbono, incrementándose el trabajo de ventilación y disminuyendo el volumen de reserva espiratoria. Los principales cambios neuroendocrinos generados son la disminución de la hormona antidiurética y la aldosterona, y el aumento de la liberación de sodio y de potasio, hechos que contribuyen a la disminución de la presión sanguínea y eliminación de sustancias católicas. Además, se favorece la liberación de endorfinas y encefalinas lo que genera una sensación de bienestar, incrementada por la analgesia derivada de la disminución de la sensibilidad de los nociceptores. Todo ello se traduce en una disminución del tono muscular, mayor movimiento y sensación de libertad por la relajación física y psíquica conseguida. Asimismo se mejora la elasticidad del tejido conjuntivo con lo que se disminuirían las rigideces articulares, sobre todo en procesos reumáticos o lesiones traumáticas, lo que favorecería el movimiento del cuerpo tras los baños. Por otro lado, la inmersión en agua fría, como sería el caso de los baños en los santuarios en invierno, disminuye la excitabilidad de las terminaciones nerviosas, disminuyendo el dolor y reduciendo el espasmo muscular derivados de lesiones neurológicas.1
Muchos de los santuarios se asentaban al lado de fuentes donde la proyección disgregada del agua, así como la agitación de esta contra el cuerpo, incrementa los efectos neurosedantes del agua al ejercer un masaje sobre los tejidos. La sensación de relajación y de bienestar se incrementa con el sonido generado por el movimiento del agua.6 Es por ello que la mayoría de santuarios termales fenicios se asentaban junto al mar, ríos o fuentes. El hecho de que en determinadas épocas las fuentes estuvieran secas, para posteriormente presentar agua, añadía un valor mágico a las propiedades médicas y rituales del agua.8
En la Antigüedad prácticamente el único modo de verse reflejado a modo de espejo era a través de observar el reflejo del cuerpo en el agua; este hecho dota al agua de un valor simbólico al considerar que contiene los espíritus de la gente al reflejar sus cuerpos.6 Su utilización favorece la autopercepción de salud y el estado afectivo por todos los cambios fisiológicos que se producen;9 pero sin duda, los fenicios añadían a estos efectos un valor divino por ser la morada de los dioses y mágico al contener las imágenes de los participantes en el rito, medio para restablecer la salud.8,10
Localización de los santuarios termales
Los fenicios construyeron sus santuarios para peregrinajes terapéuticos cerca del mar, ríos o en fuentes termales, donde los enfermos se bañaban a la vez que veneraban y honraban a los dioses, siendo tratados por los barberos y maestros del agua que estaban al servicio de las divinidades.11
Así, por todo el litoral Mediterráneo pueden encontrase templos de peregrinación cuyo objetivo era llevar a cabo ritos hidromórficos. Algunos ejemplos son el templo de Eshmún en la Cueva Negra de Fortuna, en Murcia,12 o la cueva de Cuieram en Ibiza,13 de culto a Tanit14 y relacionada con rituales de agua, en este caso por corrientes de agua actualmente desaparecidas. Alrededor de la Punta Nao en la ciudad de Cádiz hay evidencias de la existencia de un santuario de culto a Astarté donde se llevaban a cabo rituales de agua.3 En Chipre, las instalaciones hidráulicas del santuario de Kition también permiten relacionar el agua con usos terapéuticos con veneración a la diosa Astarté y Melqart.15 Igualmente en Líbano se encuentran huellas de ritos hidromórficos en el templo de Afka y de Eshmún. La presencia de una piscina en el templo de Afka, donde manaba agua del río Adonis, lleva a pensar la relación de culto y la utilización del agua como elemento sagrado.16 El templo de Eshmún, a pocos kilómetros de Sidón, era un santuario donde peregrinos de todo el mundo acudían para recibir los favores de Eshmún junto a Astarté.17 En este templo se realizaban ritos de limpieza con abluciones juntamente con terapias a través de un chorro de agua del manantial Ydll con propiedades terapéuticas y carácter sagrado.18 En distintos santuarios termales anteriormente citados se han localizado figuras votivas "exvotos", que los fenicios ofrecían al dios del lugar como agradecimiento al restablecimiento de la salud.
CONCLUSIONES
Los fenicios ubicaron los santuarios termales en zonas ricas en aguas con propiedades especiales provenientes de ríos y fuentes. La localización de estos lugares sagrados a lo largo del Mediterráneo potenció los resultados de los ritos hidromórficos por las condiciones atmosféricas y meteorológicas de la zona, que junto al culto a los dioses, los cuales añadían un valor mágico y divino al agua, favorecieron el estado de salud de los pacientes de la época.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Recibido:
22/05/2014
Aprobado: 10/10/2014
Cristina Torres
Pascual. Doctora en Información y Documentación. Diplomada
en Fisioterapia. Licenciada en documentación. Profesora Titular. Escola
Universitària de la Salut i l'Esport. EUSES, adscrita a la Universitat
de Girona. Departamento de Fisioterapia. Avenida Francesc Macià 65, 17190
Salt, Girona, España. ctorres@euses.cat