Etapas y tendencias de la gestión de la Extensión Universitaria: antecedentes imprescindibles para la reconceptualización

REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA

Etapas y tendencias de la gestión de la Extensión Universitaria: antecedentes imprescindibles para la reconceptualización

Stages and trends of University Extension management: indispensable antecedents for re-conceptualization

 

María Victoria González PeñaI, María Teresa Machado DuránII

I. Licenciada en Educación especialidad Matemática, Máster en Investigación Educativa, Profesora Auxiliar, Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, Departamento de Sociología, Carretera Circunvalación Este Km 5½, Camagüey, Cuba, CP. 70600. maria.gonzalezp@reduc.edu.cu

II. Doctora en Ciencias Pedagógicas, Licenciada en Lengua Española, Profesora Titular, Investigadora Titular, Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, Centro de Ciencias de la Educación Enrique José Varona, Carretera Circunvalación Este Km 5½, Camagüey, Cuba, CP. 70600. machado@reduc.edu.cu


 

RESUMEN

El presente trabajo caracteriza las distintas etapas de la gestión de la Extensión Universitaria, como proceso universitario sustantivo en el contexto cubano. Uno de sus aportes más importantes es una sistematización de la teoría, apoyada en los métodos de análisis documental. Se exponen elementos identificables como logros y limitaciones que ha tenido la gestión de la Extensión Universitaria. Como resultado, se muestra la caracterización de cada una de las etapas, las cuales abarcan desde la colonia hasta la actualidad. Se develan las principales tendencias de la gestión de la Extensión Universitaria en la universidad cubana y se destaca el valor del presente estudio diacrónico, en función de su perfeccionamiento ante los retos de la actual realidad educativa.

Palabras clave: GESTIÓN; EXTENSIÓN UNIVERSITARIA; CULTURA; UNIVERSALIZACIÓN.


ABSTRACT

This article describes the different stages of University Extension management, as a paramount university process within the Cuban context. It contributes to a systematization of the theory, basing on documental analysis methods. It also presents the achievements and limitations of University Extension management. As a result, it characterizes each of the stages, from colonial times up to the present day. It displays the main trends of Cuban University Extension management and points out the importance of a diachronic study to develop this process in view of today’s educational challenges.

Keywords: MANAGEMENT; EXTENSION, UNIVERSITY; CULTURE; UNIVERSALIZATION.


 

 

INTRODUCCIÓN

Desde sus orígenes, las universidades han sido reconocidas como instituciones que atesoran todo el conocimiento que la humanidad acumula; a lo que se encuentra estrechamente ligada la protección y el fomento del saber, per se. Ya en la Grecia antigua, con la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, puede decirse que se encontraba la forma primigenia de estas instituciones culturales.

Por su parte, la concepción moderna de universidad, la reconoce como la institución educativa fundamental para la preservación, la promoción y el desarrollo de la cultura, que tal como ha hecho notar Horruitiner1, sin ser la única que realiza esta labor, le corresponde un papel privilegiado como la institución social que más integralmente puede hacerlo. En tal sentido, la Universidad requiere de constante adecuación y transformación desde su interior para dar respuestas a las demandas culturales y sociales de la sociedad en la que se inserta y que le imprimen una dinámica diferente al quehacer universitario.

El mundo contemporáneo, caracterizado por la globalización económica y cultural, precisa de investigaciones que puedan responder a cómo son y de qué manera se gestionan las relaciones de la universidad con la sociedad, con énfasis en el amplio entramado de aristas que lo cultural impone, se trata pues, de acceder a significados y estrategias de gestión de los procesos sustantivos que acontecen en esta institución; dentro de los cuales, la gestión de la extensión universitaria ocupa lugar preponderante.

En este sentido, conviene recordar cómo la Educación Superior Cubana ha mantenido un proceso de transformaciones continuas desde el año 1961. En el presente, viene ocupando lugar de privilegio la Universalización de la enseñanza, la cual ha permitido un acercamiento esencial y objetivo de la Universidad al municipio. Tal acercamiento no puede ser entendido al margen de la política extensionista de la Universidad, la cual ha provocado un cambio considerable en el entramado de la cultura universitaria. Es en este contexto, donde se revela el papel de la Extensión Universitaria como una importante función social y un proceso formativo integrador de los vínculos Universidad-Sociedad que, en el caso que ocupa, se concreta en la relación sede universitaria-municipio.

En este artículo se caracterizan las distintas etapas de la Extensión Universitaria y su gestión en la Educación Superior Cubana, a partir de un estudio gnoseológico profundo que permitió a las autoras definir indicadores que favorecieron llegar a los resultados que se exhiben. También, se ofrecen las principales tendencias y regularidades manifiestas en la evolución histórica de la gestión de este proceso, al tiempo que se identifican logros y limitaciones en los órdenes teórico y práctico de dicha gestión.

En tal sentido, el presente estudio deviene en antecedente referencial indiscutible para el perfeccionamiento que requiere la gestión de la Extensión Universitaria en las condiciones actuales.

 

DESARROLLO

La revisión de documentos normativos, los aportes realizados por González2 y González Fernández3, en la periodización y caracterización del proceso de Extensión Universitaria y su gestión, así como la aplicación de varias técnicas del nivel empírico, permitieron definir los siguientes indicadores, para realizar el análisis histórico-tendencial de la extensión y su gestión en la Universalización de la Educación Superior. Por su parte la denominación asumida en cada una de las etapas, se corresponde con el(los) rasgo(s) más notorios de la misma.

Indicadores:

  • La gestión de la Extensión Universitaria como función-proceso.
  • La dimensión cultural de la Extensión Universitaria, como proceso formativo integrador.
  • El trabajo metodológico en función de la Extensión Universitaria, como proceso formativo integrador.
  • La cultura organizacional extensionista.
  • Los modelos de gestión

Para el análisis de las etapas y las tendencias que caracterizan la gestión de la Extensión Universitaria en el contexto cubano, se asume la existencia de dos períodos que marcan diferencias esenciales en el enfoque de la Educación Superior Cubana, los cuales parten de la propuesta de Díaz Domínguez4, y se expresan como.

  • Período prerrevolucionario (1728-1959), desde la fundación de la Universidad de San Gerónimo de La Habana hasta el triunfo de la Revolución.
  • Período revolucionario, desde el triunfo de la Revolución (1959-presente) hasta la actualidad.

Etapas y tendencias históricas fundamentales de la Extensión Universitaria y su gestión en la Educación Superior Cubana

Inicio de la Extensión Universitaria como función social y cultural o Primera etapa (1728-1959)

Durante la etapa colonial y semicolonial, primaron las mismas tendencias que caracterizaron a las universidades latinoamericanas, en general. La Universidad de La Habana incluyó en la misión de dicha institución la necesidad de fortalecer su función social, influenciada por la Reforma de Córdoba2, Argentina, donde se habló de Extensión Universitaria por vez primera.

Corresponde a esta etapa, la intención expresa de plantear la necesidad de que la universidad participe en la solución de los problemas sociales, económicos y políticos, también se expresa la importancia de divulgar las ciencias particulares y la cultura, especialmente entre los sectores sociales marginados de la enseñanza universitaria. Sin embargo, conviene aclarar que, aunque existieron intentos aislados de actividad extensionista, estos, en su mayoría, fueron frustrados por la situación sociopolítica existente en el país.

Particular importancia tienen en esta etapa, las ideas de la Reforma de Córdoba, las cuales influyeron en la vanguardia estudiantil y profesoral de la Universidad de La Habana. Como parte de esta vanguardia, sobresale Julio Antonio Mella, líder estudiantil indiscutible, quien es reconocido además entre los fundadores del Partido Comunista de Cuba y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), al tiempo que se le reconoce como creador de la Universidad Popular José Martí.2

A propósito de la creación de la Universidad Popular José Martí en 1923, se debe identificar lo que podría denominarse como el inicio de la etapa más autóctona de la Extensión Universitaria en Cuba, la que comprende desde la alfabetización hasta los cursos de mayor nivel académico, al tiempo que propiciaba, la interacción y la integración cultural de la intelectualidad, los estudiantes y las masas populares.

Aunque marca un momento significativo en la historia de la Educación Superior Cubana y por tanto del desarrollo de la Extensión Universitaria, esta etapa no consigue estabilizarse. Pesó en ello, el ser la Universidad Popular privilegio de una parte de la sociedad necesitada de cultura. Estos son los tiempos en que Mella avizora que era necesaria una revolución social para poder lograr una verdadera reforma universitaria.2 Es por ello que en los años siguientes se intensifican los movimientos políticos, sociales y culturales, también las luchas universitarias, por acercar la Universidad al pueblo.

Ya en la década del 40, en la Universidad de La Habana se desarrollaron acciones de carácter artístico-cultural, protagonizadas por importantes figuras de las artes y las letras y que dejaron un efecto positivo, aunque insuficiente, en el reconocimiento social de la Universidad como institución cultural. Posteriormente, se sumaron la Universidad de Oriente y la Universidad Central de Las Villas, al fundarse en 1947 y 1952, respectivamente; lo que permitió una mayor influencia de esta enseñanza en otras partes del país.2 Esta es la etapa en que recobra auge, aunque limitado, el movimiento cultural que se desarrolla en las universidades, con una fuerte inspiración en el accionar de la FEU.

En 1950, por Resolución Rectoral en la Universidad de la Habana2, se constituyó la Comisión de Extensión Universitaria que, al menos teóricamente, se planteaba como objetivo crear un ambiente propicio al desarrollo del afán de superación espiritual que redundaría en el nivel cultural del pueblo. Esta comisión, por una parte, le daba un carácter más institucional a la actividad cultural que encauzaba la Universidad pero por otra, no podía tener, ni remotamente, el alcance social necesario.

En 1952 se agrava la situación política y social del país y, por tanto, las actividades de extensión cultural fueron disminuyendo hasta desaparecer con el cierre de la Universidad de La Habana en 1956. De manera que al finalizar esta primera etapa, la Universidad manifiesta la crisis social cubana de la época.

Conceptualización y descentralización de la extensión o Segunda Etapa (1959-1975)

En el Mensaje educacional al pueblo de Cuba, editado en el año 1960 y conocido como el primer documento programático de la Educación cubana, se vislumbra como interés de la política educacional del país, desarrollar un hombre nuevo, capaz de enfrentar las nuevas exigencias y transformaciones sociales. En tal sentido, se reconoce que la educación debe ser el instrumento mediante el cual el individuo se convierte en un ser social cuando se integra a la cultura de su tiempo.5

En 1961, con la nacionalización de la enseñanza, desaparecieron las universidades privadas y se mantuvieron las públicas: La Habana, Villa Clara y Oriente. Ya en 1962 se da paso al inicio de la Reforma Universitaria, lo cual debe ser reconocido como momento cumbre en el desarrollo de la Educación Superior, el cual marca de manera esencial el movimiento de las tendencias en las tendencias de la extensión universitaria.6

Las Reformas se constituyen expresión y reflejo de la afirmación de Fidel Castro: “Universidad, Gobierno y Pueblo son partes de una misma realidad”5, al plantearse la necesidad de coordinar los esfuerzos de los Centros Universitarios, en función de vincular la enseñanza con las necesidades y los intereses de la vida nacional. Este elemento hizo aflorar con mayor nitidez, la proyección de la extensión de las universidades en el orden social y cultural.

Iniciada en 1962, la Reforma Universitaria marcó el inicio del Movimiento de Alumnos Ayudantes y definió el papel de la Universidad en la formación integral de los profesionales que el país demandaba, para contribuir a la elevación del nivel cultural del pueblo. Entre los fines de la Universidad se postulaba: “Le incumbe además las tareas de realizar la investigación científica y difundir los conocimientos y la cultura.”2

Con la constitución de la Comisión de Extensión Universitaria, se propicia la divulgación de nuevas ideas en los campos de la ciencia, la tecnología y la cultura. Esta comisión se constituye en el órgano que la Universidad y el pueblo integra, con el propósito de establecer los vínculos culturales y atender las necesidades de las masas trabajadoras mediante cursos, programas y actividades. Estas vías, y su contenido, se desarrollaron tanto en el enclave universitario como fuera de éste, marcando las principales tendencias de la extensión en esta segunda etapa.

Por la importancia que adquirieron los contenidos de posgrado, investigación y otras actividades asignadas a la Comisión de Extensión Universitaria, se crearon nuevas estructuras y se descentralizó la actividad extensionista. Además, se separaron de la Comisión los órganos extrauniversitarios y los estudiantes, estos últimos integrados y compulsados por las tareas revolucionarias de la época.

Asimismo, se intensificaron las actividades artístico-culturales, con el objetivo de contribuir a la formación integral de los profesionales, misión otorgada al Departamento de Actividades Culturales. En la práctica, estas acciones limitaron el alcance cultural de la Extensión Universitaria, reduciéndola al campo artístico-literario e identificarlo con este proceso. De reconocerse que, tales elementos diluyeron el concepto de extensión en otras funciones y estructuras universitarias, a partir de los cambios que acontecerían en años posteriores como respuestas a las transformaciones sociales y por ello la extensión no fue priorizada al descentralizarse.

En la década del 70, se inició la Universalización de la Educación Superior, con lo cual se amplía considerablemente la matrícula universitaria, se crean en otras regiones del país sedes, filiales y unidades docentes, y se consigue dar respuesta de manera cabal y estrictamente universal, a los cambios y las transformaciones de la sociedad.

Podría resumirse que esta etapa, con la Reforma, tiende a impulsar la actividad extensionista, pues se asumen acciones para contribuir a la formación integral del profesional y se establecen vínculos con las masas desde la universidad. Sin embargo, los cambios sociales acontecidos hacen que la gestión extensionista concebida se descentralice y se diluya en otras funciones y estructuras de la Universidad.

No es hasta la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba que se dejan estrictamente delineados y definidos los cambios que se necesitaban en materia de política educacional y en particular en la Educación Superior, con lo cual se inició una nueva etapa de trabajo.

Inicio de la Universalización en la Educación Superior y de la integralidad de la extensión o Tercera etapa (1975-1991)

En 1976 se crea el Ministerio de Educación Superior (MES), el cual asume toda la dirección metodológica de los Centros de Educación Superior en el país y se instituyó también el Ministerio de Cultura, con lo cual se ratifican los departamentos de actividades culturales en las universidades.

Estos departamentos se crean con el propósito de ofrecer atención al profesional en formación, en el sentido más abarcador de la cultura. Sin embargo, la tendencia en el trabajo continuó en la esfera artística literaria, de manera que tomó auge el Movimiento de Artistas Aficionados y posteriormente se dirigieron acciones a la realización de cursos facultativos para el desarrollo de programas de Educación Artística, los cuales fueron rechazados.

Con la especialización y la descentralización de funciones y estructuras universitarias, la esencia, el objetivo y el alcance de la extensión continuaron limitados en la Reforma. A esto se suma la masificación de la enseñanza universitaria, lo cual siguió diluyendo el contenido de la Extensión Universitaria como proceso formativo. Es por ello que en la primera década de esta etapa, a partir de varios eventos realizados, el MES comienza a indicar y a exigir la necesidad de intensificar el trabajo para lograr mayor calidad del egresado universitario.

Bajo estas premisas, en 1986 se desarrolló la Primera Jornada Científica del Trabajo Cultural en la Educación Superior, la que insistió en el papel de las universidades en la extensión y la promoción de la cultura. A partir de los acuerdos tomados en este evento, los departamentos de actividades culturales se transformaron en los Departamentos de Extensión Universitaria, se estableció el reglamento para las actividades de Educación Artística de los estudiantes de la Educación Superior y se crearon las Comisiones de Extensión en las facultades y centros.

Todo lo anterior tuvo el objetivo de atender la dimensión cultural de las universidades. Por consiguiente, en esta etapa adquirió mayor significación, lo cual contribuyó a sentar las bases para ampliar la conceptualización y definir los alcances de la Extensión Universitaria

En esta etapa tienen especial importancia los programas de desarrollo en función de dar respuesta a objetivos específicos. Dentro de esta política, un lugar indiscutible lo ocupa el Programa de desarrollo de la Extensión Universitaria, creado en 1988.7 Con este Programa se proyecta un profundo cambio en el aparato conceptual de este proceso, al tiempo que se trabajó también en la concepción del Programa para el desarrollo cultural integral de los estudiantes universitarios, en respuesta a la necesidad de elevar la calidad del egresado. Desde su concepción, este Programa evidencia un mayor alcance en la formación cultural del estudiante, en relación con los objetivos del modelo del profesional.

Aunque significan cambios importantes, estas nuevas concepciones no lograron materializarse en la práctica tal cual fueron concebidas. Por lo que las tendencias en los resultados del trabajo, aun cuando continuaron siendo las mismas, constituyeron puntos de partida para una nueva etapa, sobre todo en la ampliación del perfil del trabajo extensionista.

Masificación de la cultura e integración de la extensión o Cuarta etapa (1991-2001)

Como se conoce el Período Especial constituye un momento económicamente difícil para el país, durante el cual se observa, en el campo que se analiza, una tendencia a la disminución de las actividades extensionistas en las universidades.3 En contraposición a esto es notorio el incremento de las necesidades espirituales de los estudiantes y las comunidades en sentido general, por lo que aparecieron variantes de la actividad extensionista que podrían identificarse como novedosas; entre ellas sobresalen las relacionadas con el trabajo comunitario y en particular su gran aceptación.

Las posibilidades que brindaron los planes de estudio vigentes y la concepción del estudio-trabajo –lo cual es una expresión esencial de la Extensión Universitaria– conllevaron a disminuir las afectaciones en el proceso docente-educativo. A pesar de las enormes dificultades económicas y financieras, ni una sola universidad se cerró durante esta etapa.

Una de las principales exigencias fue la preparación de los profesores, de manera que se pudo lograr instituciones universitarias con claustros de excelencia. Lo anterior se consigue a través del trabajo metodológico y el objetivo de continuar desarrollando la formación del profesional. Este perfeccionamiento se dirigió a la formación revolucionaria y a la preparación cultural integral de los estudiantes, aspectos de gran importancia, en los que se rectificaron errores y en los que la Extensión Universitaria jugó un papel integrador.

El Ministerio de Educación Superior (MES) se consolidó y maduró, y la dirección de las universidades se enfocó con un sentido integrador. Entonces, se definió la Extensión Universitaria como una de las vertientes principales del trabajo de la Educación Superior, para lograr resultados cualitativamente superiores en la gestión de la Universidad, en el desarrollo cultural de la sociedad.

En 1995, el proceso de perfeccionamiento de la Administración Central del Estado dejó definidas las funciones principales de la Educación Superior, en las cuales destacó claramente la formación integral de los estudiantes y la necesidad de promover el vínculo de la Universidad con la vida social, mediante la extensión de la cultura universitaria a la población. También, como parte de la estructura del MES, se aprobó la Dirección de Extensión Universitaria, órgano encargado de coordinar, promover y fomentar metodológicamente el desarrollo de la Extensión Universitaria para toda la Educación Superior.

De igual manera se fortaleció la interacción entre los organismos y los centros y su influencia en la comunidad con la creación del Consejo Nacional y los provinciales de Extensión Universitaria. Se intensificó la creación de cátedras honoríficas. Así como, se inició la recuperación del Movimiento de Artistas Aficionados de la FEU y aumentaron los proyectos comunitarios, desde las universidades.

En esta etapa se definió un modelo de Extensión Universitaria para la Educación Superior Cubana, como consecuencia de importantes investigaciones realizadas en este proceso, lo cual propició un salto cualitativamente superior en esta área, al precisar la Extensión Universitaria como proceso formativo.3

Considerar a la Extensión Universitaria como proceso favorece la integración en el ámbito universitario y a la vez supone un reto: transformar las prácticas extensionistas que se han venido desarrollando hasta el momento, a partir de que el encargo social de la Universidad es preservar, desarrollar y promover cultura. Por tanto, esto se estructura y se manifiesta en los procesos docente, investigativo y extensionista.

Vale subrayar el incremento de los proyectos de colaboración regional e internacional entre las universidades, donde Cuba fue protagonista y demostró el papel de la Extensión Universitaria en la integración con Latinoamérica. Se inició la Batalla de Ideas y como parte de ella, la Batalla por la Educación y la Cultura, en las que las universidades jugaron un papel protagónico dentro de la formación cultural integral del estudiante.

En esta etapa se resume como tendencia una mejor concepción y proyección de la Extensión Universitaria, el reconocimiento como una vertiente principal de trabajo en las universidades, el establecimiento de órganos y estructuras para el fortalecimiento de la labor extensionista y el inicio de una concepción teórica más integradora para lograr el desarrollo cultural de la sociedad. Estas tendencias no dispusieron de inmediato su instrumentación en la práctica universitaria.

Conceptualización en la gestión de la extensión y nueva etapa en la universalización de la Educación Superior o Quinta etapa (2001-presente)

La inserción de la Extensión Universitaria como una de las dimensiones del enfoque integral para la labor educativa y político-ideológica en la Universidad8, ha contribuido al incremento de acciones extensionistas, ha despertado la motivación por la extensión entre los estudiantes y ha estimulado su espíritu creativo.

Sin embargo, la falta de una concepción sistémica que, con criterio de integralidad, gestione este proceso universitario y la acepción estrecha de cultura, los que han marcado su desarrollo. La preparación cultural integral de los estudiantes ha continuado fortaleciéndose. Pero, todavía precisa de perfeccionamiento; de ahí la necesidad de ofrecer soluciones ancladas en resultados de la ciencia.

Del análisis tendencial realizado y la profundización gnoseológica en el área que se investiga, las autoras pueden anticipar la necesidad de modelar a nivel teórico la gestión de la Extensión Universitaria para la Educación Superior cubana, en concordancia con las exigencias de la actual etapa.

El modelo asumido, denominado Trabajo Sociocultural Universitario3 (TSU), se propone dejar resuelto el problema asociado a la gestión de la Extensión Universitaria, a partir de la integración de sus procesos formativos y a nivel de las estructuras de las universidades.

Esta nueva etapa se caracteriza por un franco proceso de cambio que transforma las viejas concepciones y a la vez incorpora todo lo ya alcanzado, dando lugar al surgimiento de una nueva Universidad, acorde con los requerimientos de la sociedad cubana.

En estas transformaciones se diversifica más el trabajo extensionista, pues se incluyen no solo las instalaciones universitarias tradicionales o sedes centrales, sino también la incorporación de nuevas sedes, aulas universitarias y microuniversidades pedagógicas, de salud y de cultura física en todos los municipios del país, lo que ha permitido un acelerado incremento de nuevas fuentes de ingreso y tipos de cursos para estudios universitarios, así como la conformación de un nuevo claustro.

Con la creación de las nuevas estructuras universitarias se reordena todo el sistema de la Educación Superior cubana, por lo que se asumen nuevos objetivos, documentos programáticos, organizativos y reglamentos adecuados a las necesidades actuales. Recobra importancia el trabajo metodológico, con lo que se pretende lograr una adecuada integración de las clases con la actividad investigativa y laboral, así como con las tareas de alto impacto social y demás tareas de carácter extracurricular que cumplen los estudiantes.

Se diseña un nuevo modelo pedagógico9 para la formación del profesional con el objetivo de elevar su cultura general integral y alcanzar transformaciones en lo social. Sin embargo, existen limitaciones para aprovechar las características de este modelo pedagógico universalizado, en función de la esencia de la Extensión Universitaria como proceso formativo integrador, pues los cambios institucionales, estructurales, actorales y organizativos en la enseñanza superior adquieren características, condiciones y relaciones pedagógicas propias.

Este modelo pedagógico de formación del profesional demanda una gestión del proceso formativo con carácter integrador, por lo que lo intrauniversitario hay que desarrollarlo desde las carreras fundamentalmente, pues constituye el núcleo básico de la estructura municipal.

Es mediante la Extensión Universitaria que se canalizan los problemas sociales y se reflejan en sus procesos específicos: docencia e investigación.10 Mediante el proceso docente e investigativo, la Universidad promueve la cultura en la sociedad en la rama técnica, científica, artística, deportiva, etc.; esto es Extensión Universitaria. Aquí es donde se manifiesta la integración de los procesos sustantivos de la Universidad orientados a cumplir su encargo social, preservar, desarrollar y promover la cultura en la unidad dialéctica de los procesos universitarios de docencia, investigación y extensión.

Ahora bien, al considerar esta integración, es necesario tener en cuenta el tratamiento que desde la Extensión Universitaria, en el contexto de la Nueva Universidad, se le ofrece a la diversidad cultural existente, que se manifiesta en territorios, instituciones, estructuras, organizaciones y actores que participan, con los cuales se tiende a homogeneizar la gestión de la Extensión Universitaria, diseñada para la sede central.

El modelo de gestión para la Extensión Universitaria de TSU es viable y pertinente para las universidades (sedes centrales) y sus estructuras y a su vez ofrece fundamentos, componentes y relaciones que hay que retomar para la gestión de este proceso en condiciones de universalización.11

Sin embargo, la nueva estructura universitaria a nivel de municipio necesita de su propio modelo de gestión, a tenor de las características, las condiciones y las relaciones pedagógicas que se dan en la universalización de la Educación Superior, para permitir el desarrollo del proceso de extensión en el nuevo contexto, pues los mecanismos de gestión y las estructuras de las instituciones de Educación Superior no lo facilitan.

La cultura de la organización adquirida, en este caso de las sedes centrales, orientan de alguna manera la dirección integrada de los procesos docente e investigativo, pero no facilitan la interrelación del proceso extensionista con el resto de los procesos. A partir de la cultura organizacional adquirida en dichas instituciones, se limita la gestión de la dimensión extensionista para el enfoque integral del trabajo educativo en las estrategias de la Universidad, las facultades, las carreras y los Centros Universitarios Municipales, CUM.

Cualitativamente superior, esta nueva etapa provoca un cambio considerable en el entramado de la cultura universitaria. Con el nuevo programa de universalización, de naturaleza esencialmente extensionista, recobra especial importancia este proceso formativo, el cual al tener como esencia y objetivo la promoción de la cultura, dinamiza el flujo cultural entre la Universidad y la sociedad, que en este caso se concreta en el vínculo entre la sede universitaria y el municipio.12 Las prácticas extensionistas, que hasta el momento se realizaban, se enriquecen de manera sustancial con esta visión de la universalización, pero al mismo tiempo requieren de una nueva mirada y reconceptualización desde su gestión.

En esta etapa se resume como tendencia, avances cualitativamente superiores desde la concepción y la gestión del proceso de Extensión Universitaria. Estos adelantos dejan resuelto algunos problemas declarados en etapas anteriores y establecen un nuevo período en la universalización de la Educación Superior, que provoca cambios sustanciales en la cultura de la organización de las instituciones, a partir de las características, las especificidades y las particularidades existentes en el nuevo contexto; por tanto, se crean nuevas necesidades de estudio.

 

CONCLUSIONES

Como resultado del análisis histórico y la evolución del proceso se determinan las etapas fundamentales de la Extensión Universitaria y su gestión, las cuales se resumen de la siguiente forma:

  • Primera etapa (1728-1959): Inicio de la Extensión Universitaria como función social y cultural.
  • Segunda etapa (1959-1975): Conceptualización y descentralización de la Extensión Universitaria.
  • Tercera etapa (1975-1991): Inicio de la universalización en la educación superior y de la integralidad de la Extensión Universitaria.
  • Cuarta etapa (1991-2001): Masificación de la cultura e integración de la Extensión Universitaria.
  • Quinta etapa (2001-presente): Conceptualización en la gestión de la Extensión Universitaria y nueva etapa en la Universalización de la Educación Superior.

Se consideran como las principales tendencias del proceso extensionista a partir de los indicadores definidos las siguientes:

  • Proyección de la Extensión Universitaria de las universidades en el orden social y cultural.
  • Fortalecimiento de la actividad artístico-cultural, formación cultural integral y conceptualización de la Extensión Universitaria como proceso formativo integrador.
  • Proyección del trabajo metodológico en función de la preparación cultural integral del estudiante, por lo que la Extensión Universitaria juega un papel integrador.
  • La cultura organizacional adquirida en las Instituciones de Educación Superior limita la gestión de la dimensión extensionista para el enfoque integral del trabajo educativo en las nuevas estructuras municipales.
  • La concepción y gestión de la Extensión Universitaria se realiza mediante el modelo de TSU.

El estudio histórico tendencial realizado sobre la Extensión Universitaria constituye un referente teórico a tener en cuenta para el perfeccionamiento de la gestión de este proceso.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Horruitiner Silva P. La Universidad Cubana: el modelo de formación. La Habana; 2008.

2. González González G. Un modelo de extensión universitaria para la Educación Superior cubana. Su aplicación en la Cultura Física y el Deporte [tesis doctoral]. La Habana: Universidad de La Habana; 1996.

3. González Fernández M. Modelo de gestión de la extensión universitaria para la universidad de Pinar del Río [tesis doctoral]. La Habana: Universidad de La Habana; 2002.

4. Díaz Domínguez T. Modelo para el trabajo metodológico del proceso docente educativo en los niveles de carrera, disciplina y año académico en la educación superior [tesis doctoral]. Pinar del Río: Universidad de Pinar del Río; 1998.

5. Mensaje educacional al pueblo de Cuba. La Habana: Pueblo y Educación; 1960.

6. CEPES, Universidad de La Habana. Estudio sobre tendencias de la educación superior. Informe resumen [material mimeografiado]. La Habana: Ministerio de Educación Superior; 1988.

7. Programa de desarrollo de la extensión universitaria en la Educación Superior. La Habana: Ministerio de Educación Superior; 1988.

8. Programa Nacional de Extensión Universitaria. La Habana: Ministerio de Educación Superior; 2004.

9. Horruitiner Silva P. El nuevo modelo de universidad cubana. La Habana: Ministerio de Educación Superior; 2004.

10. González Moreno M. Formulación teórico-metodológica de la promoción cultural de la investigación para la integración de los procesos universitarios extensión e investigación [tesis doctoral]. La Habana: Centro de Referencia para la Educación de Avanzada, Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría; 2006.

11. González M, González G. Fundamentos de la gestión del proceso extensionista en las condiciones de la universalización [ponencia]. Pinar del Río: Evento internacional Universidad; 2006.

12. Danel O, Acosta F. La sede municipal universitaria como promotora del desarrollo económico y social del territorio [ponencia]. La Habana: Evento internacional Universidad; 2006.

 

Recibido: 30/6/2011

Aprobado: 6/11/2011

 

María Victoria González Peña.Licenciada en Educación especialidad Matemática, Máster en Investigación Educativa, Profesora Auxiliar, Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte y Loynaz, Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, Departamento de Sociología, Carretera Circunvalación Este Km 5½, Camagüey, Cuba, CP. 70600. maria.gonzalezp@reduc.edu.cu

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